El equipo azulgrana fue mejor en un encuentro en el que igualó la eliminatoria gracias a los goles de Pascui y Micky y donde la épica fue la gran protagonista
La fe es capaz de explicar lo que la razón no alcanza a descifrar. El Yeclano superó la delgada línea que separa la épica de la historia escrita con mayúsculas. Era el día, el que estaba en la mente de una plantilla entregada y una afición ilusionada. Pocos esperaban que el destino de los yeclanos se dilucidara desde los 11 metros, otra vez. Pero la fortuna es siempre caprichosa y quiso llegar con el último aliento. Y apareció en forma de dos errores consecutivos de Jordi Roca y Mozo y, sobre todo, llevando a Rafa López a ponerle ojos y cara a un éxito conseguido a través de un grupo lleno de talento, calidad, ilusión, coherencia, trabajo, sensatez y unión. Un cóctel explosivo cuyo fruto era inevitablemente la Segunda B. Y así fue.