Por Isidro Sánchez, de Carrillo Asesores
uena como una conocida serie de televisión, aunque por desgracia, esto no es ficción, es la realidad. Esta profunda, llamémosle por su nombre, recesión económica, ha conseguido que se retrocedan varios enteros en la disposición de las empresas a la hora de mantener y potenciar sus políticas ambientales.
Echando la vista atrás, las noticias y publicaciones relacionadas con el medio ambiente hablaban largo y tendido sobre el cumplimiento escrupuloso de la legislación ambiental, la bondad de la implantación de sistemas de gestión medioambiental en las organizaciones, de ir más allá y publicar estas políticas y sus logros e incluso, de llegar a integrarlas en la responsabilidad social de la organización. Para que estos hechos se consumaran, las organizaciones empresariales organizaron toda clase de eventos y cursos y se contó con el apoyo de las administraciones, que incluyeron en la legislación artículos para el fomento de estas prácticas. Esta crisis ha supuesto un frenazo casi en seco para todos estos esfuerzos.
Con este panorama es lógico que las empresas estén muy centradas en las actividades productivas y en la venta y gestión de clientes. Sin embargo, sus obligaciones ambientales siguen ahí, y las modificaciones que introduce la legislación se siguen produciendo. Es más, la administración, encargada de velar por el cumplimiento de las leyes, no va a dejar de imponer las sanciones correspondientes a los incumplimientos detectados. Esto nos lleva a que, a pesar de la crisis, el panorama medioambiental no ha cambiado. Todas las obligaciones y necesidades se han mantenido y por tanto la atención que se le ha de prestar a este asunto debe ser aun mayor, ahora que una sanción o un accidente podrían desembocar en una situación muy grave para la empresa.
Sin embargo, hay muchas cosas que se pueden hacer. La gestión ambiental es una gestión ahorrativa. Si releemos los principios de la gestión ambiental veremos que se enfatiza este espíritu de reducción del despilfarro. Frases como "RRR, reducir, reutilizar, reciclar" y ahora valorizar, o "el residuo más barato para gestionar es el que no se produce" (y lo mismo se puede decir de una emisión a la atmósfera o de un vertido al agua) lo hacen bueno. Esto mismo ocurre con los recursos y materias primas: un litro de agua que no se gasta no solo no hay que pagarlo, sino que no hay que pagar su depuración y su vertido, ni los impuestos asociados: ¡es un triple ahorro!
Además se han de observar con especial atención las obligaciones ambientales periódicas de la empresa, cumpliendo puntualmente los plazos y requisitos de presentación y manteniéndose al día de los cambios que se puedan producir en las disposiciones legales y en el propio funcionamiento de la empresa que puedan afectar a su régimen de autorización, como la introducción de nuevas tecnologías, el cambio de maquinaria, el cierre o apertura de líneas de proceso, que deben ser valorados, con recursos propios o con el apoyo de los profesionales en la materia, además de su coste en euro, en la amplitud de su efecto sobre la gestión ambiental de la empresa. Estos cambios, además de ser obligatorio que sean comunicados a la administración, pueden traer la necesidad de realizar mediciones e informes de evaluación, con los consiguientes costes asociados, o por el contrario, suponer un ahorro en este sentido.
En la mayor parte de la empresas, la gestión ambiental supone un porcentaje muy pequeño de los gastos fijos y con la observación de estas leyes, sistemas de gestión ambiental, técnicas ecoeficientes y buenas prácticas, se consiguen ahorros que son muy significativos, además de evitar sanciones que pueden ser muy gravosas. El balance es claramente positivo para la empresa. En resumen, en las crisis no hay que descuidar la gestión ambiental, se deben destinar a ella los recursos económicos y humanos necesarios para conseguir ahorros y mejoras, evitando asimismo accidentes y sanciones.
Isidro Sánchez es responsable de Calidad y Medio Ambiente Industrial de Carrillo Asesores Tributarios. Abogados.