«Ser Mayordomo es una experiencia única, increíble, y un recuerdo para toda la vida»

Hace mucho tiempo que quería ser Mayordomo del Bastón, pero me decidí hace unos años cuando mi hijo se puso muy enfermo y mi mujer y yo le pedimos a la Patrona que lo curara. En ofrenda y agradecimiento por haberlo ayudado, yo prometí que saldría de Mayordomo alguna vez en mi vida. Así que después de haber sido Cabo de mi escuadra dos veces, llegó el momento cuando nació mi nieto Rubén. Y ahora que ya tiene nueve años he dado el paso para hacer realidad mi promesa. He sentido que, durante el sorteo y mientras fui voluntario, la Virgen me ha acompañado igual que siempre.

Empecé a salir cuando era muy joven, hace 34 años, en 1987 exactamente, y siempre en la escuadra la Purísima, de la que todavía formo parte. He sido Cabo en dos ocasiones a lo largo de mi trayectoria por las Fiestas, primero en 1985, que salí acompañado de mi mujer y por segunda vez en 2003, cuando nadie se presentó para el puesto y mi hija me empujó con todo su apoyo a repetir. También he sido directivo de mi escuadra y este año, por fin, cumplo con el último puesto, el de Mayordomo del Bastón. Durante todo el camino he contado con el apoyo de mi mujer, que le gustan las Fiestas tanto como a mí y siempre ha estado metida en la escuadra dándome todo su apoyo, al igual que mis dos hijos y mis dos nietos.

Mi relación con Fernando Pascual, Mayordomo de la Bandera, es muy buena y la diferencia de edad no está suponiendo ninguna diferencia entre nosotros. No lo conocía antes de nuestros cargos pero todo está yendo de maravilla. Desde el primer día cada uno de nosotros se ha preocupado de lo que nos toca y nos hemos entendido. Es importante llevarse bien con el compañero que te toca y en mi caso he tenido mucha suerte porque también guardo un buen recuerdo de mis mayordomos Martín Martínez y Salvador Gutiérrez.