José Miguel Castillo Mora – Portavoz del Grupo Municipal Izquierda Unida – Verdes
Aquel portugués lanzaroteño llamado José Saramago, apuntó en unos versos:
Pues el tiempo no para, nada importa / que los días vividos aproximen / el vaso de agua amarga colocado / donde la sed de vida se exaspera.
La desesperación del tiempo, del incontrolable reloj que devora las horas, lo inunda todo. Otro año más de penurias, de agua amarga, pero la sed de vida es insaciable. Esa vida que explota en la calle, en los movimientos sociales, en los desahucios detenidos, en las dos huelgas generales, en las innumerables manifestaciones, en los trabajadores y trabajadoras que se resisten a aceptar la gran estafa.
Un año marcado por las terribles cifras de paro, números que frivolizan sobre 5.000 dramas personales, con rostro, nombres y vidas. La situación de nuestra ciudad es insostenible. La verdadera cara del capitalismo escupe realidades en forma de desahucios que dejan a miles de familias sin su casa; bancos estafadores mediante el robo sin reparo se han apropiado de los ahorros de cientos de yeclanos y yeclanas con las preferentes; un ayuntamiento a la deriva, que como en el relato de Horacio Quiroga, desciende moribundo con el veneno de una crisis-estafa en sus pasillos, por las tranquilas aguas de los días y las semanas inermes.
Un consistorio donde el trabajo del Grupo Municipal de Izquierda Unida-Verdes ha ido en la línea de paliar el paro, sacando de cualquier partida presupuestaria dinero para apoyar los paupérrimos planes de empleo. Porque sí, pese a lo que ladran muchos, las administraciones públicas pueden y deben ser generadoras de empleo directo, no de concesiones y subcontratas que en numerosas ocasiones multiplican el coste. Ha ido en la línea de tomar partido ante los desahucios. Ha intentado que los grandes supermercados donen sus excedentes alimentarios. Ha denunciado los desmanes con las basuras de los campos y con ciertos contratos. Se ha posicionado contra los recortes de Murcia. Y tantas otras proposiciones en pocas ocasiones escuchadas y muchas otras desestimadas.
Pero animamos, pese al temporal que nos acecha, a que estos días se disfruten en familia, ya que lo importante no es la cantidad de marisco que se ponga en las mesas, sino el cariño y la solidaridad que, si bien ha de potenciarse estos días, sea de mantener el resto del año.
¡Felices fiestas a todos y todas las yeclanas!