Un año muy irregular, con una planificación que llegó tarde, muchos cambios en la plantilla y poca eficacia. Lo sustancial para el equipo es subsistir y luchar y es ahí donde el Yeclano Deportivo ha sacado buena nota
El Yeclano Deportivo puso punto y final a la temporada 2013-2014 tras caer eliminado frente al Alzira en semifinales del play-off de ascenso. Lo hizo con honor, con valentía. Dejando sobre el césped lo mejor de sí mismo ante un reto enormemente complejo, remontar un 3-0. La eliminación fue fruto del encuentro de ida en el que se volvieron a mezclar un planteamiento equivocado, una falta de intensidad, una carencia de acierto ofensivo y un rival de alta cualificación. Un cóctel que fue suficiente para determinar la eliminatoria. En Yecla no siempre podemos saborear victorias. Un ascenso hubiese sido histórico, pero luchar y competir por él es algo muy positivo que es necesario resaltar. Sin duda este curso ha sido uno de los más irregulares de la última década, con una planificación que llegó tarde, con muchos cambios en la plantilla, y con un equipo que pese a que en los resultados se mostraba eficaz no transmitía buenas sensaciones a sus aficionados. Un colectivo que se reenganchó en los últimos meses de competición. Al innegable talento le sumó orden, sacrificio y convicción con los que conquistar el subcampeonato y pelear por el ascenso. Lo sustancial para este equipo es subsistir y luchar y ahí el Yeclano Deportivo ha sacado buena nota.