Estamos ante unos presupuestos que ven la luz a pocos meses de las elecciones municipales y que por ello suscitarán el recelo de muchos.
Estamos ante unos presupuestos que ven la luz a pocos meses de las elecciones municipales y que por ello suscitarán el recelo de muchos. Pero precisamente porque estamos ya casi en precampaña, cada cuatro años las urnas suponen para nuestros gobernantes un examen a cara descubierta ante sus convecinos-votantes, para quienes las cuentas de lo que se hace con nuestros impuestos han de presentarse siempre claras y cristalinas con independencia de que sean tiempos de vacas gordas o vacas flacas. Los presupuestos han de ser prudentes cuando la economía afloja pero siempre generosos y esperanzadores, pensando sobre todo en las familias que más están padeciendo esta crisis que hoy por hoy continúa manteniendo a Yecla boca abajo.