"Las Fiestas de la Virgen tienen sus protagonistas y no son solo los que disparan arcabuzazos. Estas celebraciones son las señas de identidad más arraigadas y que más unen a las gentes de este pueblo".
"Hablar del Pueblo de Yecla es tratar de un plural que es a la vez místico e histórico, de un plural que atraviesa los tiempos, y que nos convierte a título individual en el eslabón de una historia que es tan nuestra como de los demás. Las Fiestas tienen sus protagonistas y no sólo disparan arcabuzazos. Igual de protagonistas son las personas, muchas de ellas postradas por la enfermedad, que ven la Fiesta en sus casas, las que siguen a la Virgen o que la visitan en su templo o las que, desde la distancia de la emigración o la distancia de la tristeza, los siete y ocho de diciembre, sienten el corazón más alegre al comprender, al recordar, al saber, que su Patrona les visita y que ella nunca les ha de olvidar, que, a fin de cuenta, no están sólo y que la luz del Santuario del Castillo les ilumina también a ellos, sobre todo a ellos.” Estas palabras extraídas literalmente del Pregón pronunciado este año por el historiador José Javier Ruiz Ibáñez sintetizan magistralmente el sentido de vecindad, devoción y compromiso con el que Yecla y los yeclanos viven sus Fiestas de la Virgen desde hace 374 años, cuando la aventura de 61 hombres de esta tierra terminó convirtiéndose en las señas de identidad más arraigadas y que más unen hoy a las gentes de este pueblo.
