Victoria Muñoz Zaragozá (1990) es bailarina y profesora de danza oriental en una de las compañías de baile con mayor prestigio y reconocimiento a nivel mundial en Tokio (Japón) donde reside desde hace 5 meses
• ¿Qué fue lo que te llevó a irte a Tokio?
Vine a Japón por una propuesta de trabajo. Hace un año participaba como bailarina solista en una de las competiciones más importantes a nivel europeo en Barcelona. Mi productor estaba allí haciendo audiciones para seleccionar a una bailarina y llevarla a su compañía en Japón. Al poco tiempo de volver de Barcelona se pusieron en contacto conmigo para ofrecerme el puesto de trabajo. Por supuesto no podía rechazar esa oportunidad que me estaban brindando, además de proyectar mi carrera como bailarina internacional, iba a entrar en una de las compañías más importantes con mayor prestigio y reconocimiento a nivel mundial. Acepte sin pensarlo.
• ¿Cuánto tiempo llevas allí? ¿A qué te dedicas?
Ahora mismo llevo 5 meses en Japón. Soy bailarina y profesora de danza oriental, me dedico a ello a nivel profesional. Mi sueño toda la vida había sido ser bailarina y pintora. Creo que desde que tengo uso de razón ambas vertientes han estado muy presentes en mi día a día, sentía pasión por ambas disciplinas. Comencé con la danza clásica cuando tan sólo tenía 6 años, estuve en una escuela de Yecla unos 6/7 años. Con 18 años me instalé en Valencia para estudiar la carrera de Bellas Artes. Seguí con la danza clásica en el conservatorio de Ribaroja (Valencia), pero por poco tiempo, pues en seguida comencé con la danza oriental que me enganchó de tal manera que me centré únicamente en esta disciplina para dedicarme a ello de manera profesional.
• Estás en un continente diferente, por lo que las formas de vida serán distintas a Europa. Háblanos un poco de esas diferencias.
Japón es un país especial, particular y se podría decir inclasificable. Es un país de pura planificación, sin apenas flexibilidad. Desde pequeños les enseñan conductas adecuadas para cada situación, de este modo todos los japoneses aprenden de la misma manera. En pocas palabras: la formalidad y la educación dominan todos los ámbitos en sus vidas. Pienso que nosotros los españoles, no somos tan premeditados, actuamos más mediante la improvisación, y no es que no seamos responsables o no cumplamos con nuestros horarios, simplemente creo que vivimos más el día a día, buscando un término medio, donde los cambios a última hora están aceptados.
Si tuviera que quedarme con algo de Japón, serían los paisajes, el movimiento, la peculiaridad de las costumbres de los japoneses. De España la alegría de la gente en las calles, el ruido, los colores y en muchos casos la distensión.
• ¿Qué es lo que más te gusta de la ciudad en la que vives?
Lo que más me gusta de este país único es el orden, la disciplina, los horarios marcados, lo respetuosa que es la sociedad japonesa, la limpieza de las calles, el paisaje, la comodidad y la comida japonesa.
• ¿Cómo es el carácter de los japoneses?
Los japoneses, a simple vista, pueden parecer muy fríos, pero no es tanto como lo pintan. Son muy respetuosos y esto influye en que parezcan fríos. También preservan mucho su intimidad y con la de los demás, evitan preguntar sobre nuestra vida personal ante todo, algo que en España es totalmente distinto debido a nuestro carácter latino.
• ¿A la hora de adaptarte, qué fue lo que más te costó? ¿Supuso un problema para ti el idioma?
Lo que más me ha costado y todavía me sigue costando es el idioma, es la noche y el día con el castellano, además la sociedad japonesa apenas habla ingles, por lo que a veces me siento muy limitada a la hora de comunicarme. También he de decir que es un idioma muy interesante en el que estoy poniendo todo mi empeño.
Por otro lado otra de las cosas más difíciles del país es intentar seguir el ritmo de trabajo de los japoneses, a veces siento que no hay momentos de relax, prácticamente es un non stop todo el día. Esto también es un punto a favor y en contra, a favor porque creo que a veces te pone al límite y desde luego que sacas las cosas con mayor precisión y mayor calidad, en contra porque a veces hasta a mi se me olvida disfrutar de lo que estoy haciendo, te metes tanto en el trabajo que acabas olvidando que los momentos de desconexión son también necesarios para continuar.
• ¿Qué es lo que más echas de menos de Yecla? ¿Sueles venir a menudo?
Lo que más echo de menos de Yecla, es sin duda mi familia, mis padres, mis hermanos y por supuesto mis sobrinos. Es lo más duro de todo esto, son el pilar fundamental en mi vida. A veces es difícil no poder darles un abrazo, no estar en momentos importantes, incluso tengo la sensación algunas veces de que veo crecer a mis sobrinos por fotos y eso para mi es lo más sacrificado. Intentó no pensar mucho en esto y cuando estoy en España voy a verlos siempre que puedo.
Aún así, aquí en Japón hablo prácticamente todos los días con mis padres y mis hermanos, a pesar de la diferencia horaria.
• ¿Barajas la idea de quedarte en este país más a largo plazo o por el contrario quieres volver?
No sabría que responderte, nunca se sabe, ¿no? Es una profesión en la que a veces no eres tú el que decides donde vas a ir o donde vas a estar mañana, dependes mucho de las propuestas de trabajo que van saliendo. También te digo que Japón me encanta, es un país que te atrapa, te engancha, si tuviera que alargar mi estancia por un tiempo más, pienso que aceptaría sin dudarlo.
De lo que si estoy segura 100% es que quiero seguir trabajando y creciendo en mi carrera como bailarina y como maestra de esta danza. Me gustaría seguir entregándome al máximo como hasta ahora, dejando mi sello personal en cada paso que de, independientemente del país o el lugar donde me encuentre.