• ¿Por qué decidiste irte a Italia?
Cuando acabé el grado de Educación Social, descubrí a través de Euroacción (Asociación Cultural de Murcia), el programa SVE (Servicio Voluntariado Europeo) y pensé que era una buena oportunidad para seguir enriqueciéndome. Y así fue, estuve diez meses en L´Orsa Maggiore, una organización social en la región del Veneto (Italia) formando parte en un proyecto de autonomía de personas con discapacidad leve. El motivo por el que escogí Italia es porque siempre me ha llamado la atención, desde que mi padre metía Ero Ramasoti en el coche cuando íbamos de vacaciones, hasta descubrir que una de mis películas favoritas ‘Cinema Paradiso’ era italiana. Siempre he tenido una atracción especial con este país.
• ¿Cuánto tiempo llevas allí? ¿A qué te dedicas?
Por el momento llevo en Italia cerca de año y medio, diez meses vividos en el norte de Italia, en una pequeña localidad en las Dolomitas y seis meses en la capital de Italia, Roma. Actualmente, estoy de Au Pair con una familia romana encantadora, en la que me encargo del cuidado de una niña de 5 años y un niño de 11 años de edad.
• ¿Barajas este país como posible lugar de residencia?
Siempre lo diré, Roma es una de las ciudades más bonitas del mundo… cada paseo que decides dar una tarde cualquiera te acaba sorprendiendo de alguna manera. Tiene mucho encanto, pero todo lo que tiene de bonita lo tiene de caótica. Recuerdo la primera vez que la visité y mi gran ilusión de poder algún día vivir en ella, pero es muy diferente visitar una ciudad a vivir en ella. Personalmente no me veo viviendo en Roma, no es una ciudad que vea para echar raíces, es tremendamente cara, los servicios no funcionan del todo bien y no hablemos del tiempo que le dedican en cualquier tema burocrático. Pero como todo lugar del mundo, tiene sus dos partes de la moneda. Tienes que aprender a saber llevarla, a tener una capacidad de adaptación, ser flexible y máxima paciencia.
• ¿Son parecidos los italianos a los españoles?
En Italia sucede algo parecido a España, se puede ver una clara distinción entre el norte y el sur. Los italianos del norte, se caracterizan por tener una forma de ser con influencia tedesca y austriaca, son más fríos, distantes, y con una mentalidad cerrada. En cambio, cuanto más al sur, los italianos son de mentalidad abierta, con una gran calidad humana, con un gran sentido del humor y muy cercanos. Sin embargo, aunque se digan que españoles e italianos, son dos pueblos semejantes, en realidad somos muy distintos. Algunas de las diferencias son los horarios de la vida cotidiana, pues se come a las 12 y se cena a las 8. Otra de las diferencias es la forma de conducir, deberíamos sentirnos muy orgullosos los españoles de nuestra forma de conducir. Por otro lado, el trato a los animales, aquí en Italia es muy normal verlos en supermercados, restaurantes.
Raquel Zúñiga López (1994) estudiaba Educación Social en Murcia cuando decidió irse a Italia a través del Servicio de Voluntariado Europeo durante diez meses; actualmente reside en Roma, donde trabaja como Au Pair cuidando a dos niños
• ¿Cómo es el día a día allí?
Roma es una ciudad mágica, llena de historia y de arte. Es tremendo todo lo que te puede llegar a ofrecer esta ciudad, pues te enriquece en todos los sentidos. Sin embargo, vivir en la ciudad eterna no es fácil, pues en muchos aspectos se encuentra anclada al pasado. Si quieres venir a vivir a Roma tienes que estar preparado para vivir entre el caos, atascos y el ruido. Ahorrar en esta ciudad es imposible, a no ser que decidas encerrarte en tu cueva. Intenta evitar el trasporte público o cómprate un buen libro mientras esperas el autobus.
•¿Qué es lo que más te gusta de Roma?
Sin duda alguna lo que más me gusta es que, como gran ciudad, siempre hay algo que hacer y qué descubrir. En mis días libres aprovecho para dar un paseo, ir a eventos, descubrir nuevos rincones, ir a exposiciones, sacar la cámara de fotos, escribir… ¡es muy inspiradora! Pero sobretodo, una de las cosas que más disfruto es salir a tomar el aperitivo con amigos, ¡qué gran invento!
• ¿A la hora de adaptarte, qué fue lo que más te costó? ¿El idioma es muy diferente?
En general me adapté con bastante facilidad, pero si es cierto que necesité un pequeño tiempo. Al fin y al cabo, en mi caso como Au Pair, entras en la casa de una familia nueva que no conoces todavía, que tienen unas costumbres, unos hábitos diferentes a los tuyos y sobretodo que no tienes la total libertad y privacidad que tendrías en tu propia casa. Por otro lado, en Roma he encontrado un grupito de españoles que me hacen sentir como en casa. Lo que más me ha costado y que a día de hoy todavía sigo con mi lucha, es el horario de comida y de sueño, aquí comen y se van a dormir mucho más temprano que nosotros, a las 9 y media en casa están todos durmiendo y yo con los ojos como platos. Con respecto al idioma, hablamos de dos lenguas latinas que tienen sus semejanzas. En mi caso particular aprender italiano no ha sido un gran esfuerzo, pues me encanta escucharlo y ahora me apasiona hablarlo.
• ¿Qué es lo que más echas de menos de Yecla? ¿Sueles venir a menudo?
Sin duda alguna la comida de mi madre. ¡Ay, ese ‘arrocico’ de los domingos! Los clichés italianos son ciertos: ¡comen mucha! Tienen una habilidad innata de hacerte un plato delicioso de pasta con tres simples ingredientes encontrados en la nevera. Es curioso comprobar que en Italia la mayoría de los estereotipos se cumplen a rajatabla. La gastronomía y tu gente siempre se echa en falta… dentro de un par de semanas vuelvo de nuevo para pasar unos días en casa, que nunca vienen mal.
• ¿Cuáles son tus planes de futuro? ¿Tienes ideas de quedarte o prefieres volver?
Es cierto que cuando viajas y vas fuera, te das cuenta de gran calidad de vida que tenemos en España. Tengo miles de planes en la cabeza que quiero llevar a cabo, pero nunca he tenido un plan de futuro demasiado planificado, creo que las oportunidades van apareciendo conforme vas avanzando, basta dejarte sorprender con aquello que te propone la vida por delante.
