Ramón Puche Díaz. Filólogo y empresario
Los tenistas usan a menudo la expresión que hasta que no se gana la última bola no se consigue ganar el partido. Esto de la Feria del Mueble es un partido, a priori, sin fin; a menos que llegue un momento en el que se acabe. La edición de la semana pasada es quizás la más decepcionante de las que se recuerdan en los últimos años; y es que el resultado no ha sido el esperado por la mayoría de los expositores de la Feria.
Los motivos que se han apuntado han sido varios, aunque por encima del resto han prevalecido dos: uno, la coincidencia de fechas con la Feria del Mueble de Valencia; y dos, el estado actual de la economía nacional. Y es que desde hace cuatro meses el consumo nacional ha descendido alarmantemente y en las empresas se está notando mucho más de lo que se querría. Esta conjunción, al parecer, se ha convertido en la tormenta perfecta para el certamen anual yeclano.
Los motivos que se han apuntado han sido varios, aunque por encima del resto han prevalecido dos: uno, la coincidencia de fechas con la Feria del Mueble de Valencia; y dos, el estado actual de la economía nacional
Las soluciones que se están barajando coinciden en que se debe cambiar de fecha, principalmente a primavera. También se está estudiando la conveniencia de que en lugar de ser anual fuese bienal. También se está sopesando qué tipo de influencia debe tener la Feria de Zaragoza el año que se celebre (este certamen se celebra todos los años pares).
En mi opinión, el problema de la 57ª edición de la Feria del Mueble de Yecla, no ha sido ninguno de los esgrimidos con anterioridad, y tampoco la solución a futuras ediciones está en los apuntados.
En los años duros de la crisis económica los empresarios expositores yeclanos hicieron un esfuerzo mayúsculo para conseguir que durante ese tiempo se siguiese celebrándose la Feria. Esas eran unas circunstancias muchísimo más adversas que las que hoy se dan. En el año 2013 la de Yecla fue la única feria del mueble que se celebró en todo el territorio español. Y todo eso se consiguió gracias al tesón de todos los empresarios expositores de la Feria del Mueble de Yecla.
Este año en cambio, por circunstancias particulares de cada uno, no ha existido la unión entorno a nuestra feria. Todas las empresas no han remado hacia la misma dirección. Ese ha sido el único motivo por el cual hemos recogido estos resultados. Y es que el éxito, si no es con todos juntos, no se dará nunca.
Es un legado que nos ha sido transmitido a todos los yeclanos, y en nuestra mano está la responsabilidad de decidir si queremos ser los transmisores de dicho evento
Por ello la única solución para que la Feria del Mueble de Yecla sea importante y señera está en que los empresarios quieran que lo sea, de lo contrario la feria ya está muerta. La fecha es lo de menos.
Y la Feria del Mueble de Yecla no es algo propio de unos pocos. Es un legado que nos ha sido transmitido a todos los yeclanos, y en nuestra mano está la responsabilidad de decidir si queremos ser los transmisores de dicho evento. De nuestra feria dependen electricistas, pintores, fontaneros, imprentas, diseñadores, hosteleros, restauradores, comerciales, trabajadores y un sinfín de gentes que se aglutinan en torna a ella. Todos importantes y a la vez indispensables. Yecla entera, hoy depende de la Feria.
Cuando una empresa yeclana vende muebles en Lugo, dice que es de Yecla. Cuando una empresa de Montealegre vende muebles en Lugo, dice que es de un pueblo situado junto a Yecla. Y ese valor añadido nos lo ha dado la Feria del Mueble. Una feria viva, particular y única. Por eso, considero, que el profesional del mueble yeclano cuando venda su producto por toda España debe estar orgulloso de lo que el mueble yeclano representa y no por lo que en su día representó.