Rosa Leal Puche, una chica yeclana de 16 años, lleva cinco meses viviendo en Canadá, en Fall River, Halifax (Nueva Escocia), donde cursa 1º de Bachillerato después de haber obtenido una de las 500 becas anuales de la Fundación Amancio Ortega
¿Cuánto tiempo llevas en Canadá y qué te condujo allí? ¿En qué ciudad resides?
Llegué a Canadá hace cinco meses como becada de la Fundación Amancio Ortega. Con respecto a mi formación, asistí al colegio ‘El Alba’ como educación primaria y el año pasado finalicé los cuatro años de secundaria en el instituto ‘José Luis Castillo-Puche’. En la actualidad estoy realizando Grado 11 (equivalente a Primero de Bachillerato en España) en un instituto llamado Lockview High School. Llevo casi cinco meses conviviendo con una familia en Fall River, Halifax (Nueva Escocia). Fue hace algo más de un año decidí presentarme a unas becas que ofrece la Fundación Amancio Ortega. Verdaderamente fue un proceso largo y no especialmente sencillo, pero al final conseguí hacerme un hueco entre los 500 becados procedentes de toda España.
¿Cómo te has adaptado a la vida académica? Cuéntanos lo que te ha parecido…
El destino fue escogido por la fundación como parte del programa, así que no tuve ninguna opción con respecto a la familia, instituto o lugar de residencia. Hay numerosas diferencias con respecto a la vida cotidiana en España. El primer mes fue el más difícil de superar debido al proceso de adaptación. Por otra parte, acostumbrarme a un nuevo instituto ha sido más complicado que la vida con mi familia de acogida porque, al fin y al cabo, mi instituto es donde he conocido a todos mis amigos y donde la mayoría de acontecimientos suceden. Al principio es absolutamente normal sentirse muy perdido en cuanto al edificio, profesores y asignaturas.
De hecho, a pesar de que este es mi quinto mes todavía sigo aprendiendo sobre nuestro instituto e intentando formar amistades con estudiantes canadienses. Tengo que admitir que hacer amigos es complicado porque se trata de una zona local donde todos los grupos están cerrados y es extremadamente difícil entrar en uno. No obstante, he conseguido conocer a otros estudiantes internacionales procedentes de diversas partes del mundo y entablar amistad con ellos. En mi opinión, el ambiente del instituto es bastante más tolerante que el de numerosos institutos españoles debido a que el número de estudiantes en más alto y existen los llamados comités que se encargan de realizar programas y actividades para mejorar la aceptación. Sin embargo, esto no significa que los prejuicios y estereotipos sean inexistentes.
¿Qué aspectos te han llamado más la atención en estos meses sobre la vida en Canadá?
Me ha sorprendido el hecho de que aquí los jóvenes son muchísimo más independientes a nivel económico que en la mayoría de países europeos. Casi todos mis compañeros de clase tienen trabajo y normalmente asisten por las tardes o fines de semana. Según me han comentado, el principal objetivo es tener ahorros para la universidad o poder costearse gastos propios. Además, pueden conducir a partir de los 16 años, por lo que se podría decir que tienen unas ciertas seguridades que en España resultan inimaginables.
¿Qué es lo que te gusta más de este país y qué es lo que menos?
Me gusta que en Canadá se invierte más dinero en la educación y resulta completamente normal obtener becas o ayudas relacionadas con los estudios. Además, el ritmo de vida es más pausado y se le da mucha importancia al descanso después de trabajar y a unas merecidas horas de sueño. Su mayor inconveniente es el tiempo: aquí están acostumbrados a quedarse en casa y dar por finalizado el día mucho antes que lo haríamos en España.
Esto se debe principalmente a que los días son cortos y las temperaturas impiden hacer un vida tan activa como la de los españoles. Como curiosidad, no me gusta absolutamente nada que los impuestos sean añadidos una vez el cliente va a pagar. Muchas veces un producto parece tener un determinado precio, pero es importante tener en cuenta que ese es el precio sin impuestos únicamente y que una vez en la caja, va a aumentar unos cuantos dólares más.
¿Te planteas establecerte en este país o prefieres regresar a España?
Como parte del programa de la beca, solo puedo permanecer en Canadá por un año escolar y debo regresar a España para terminar mis estudios de bachillerato. Es muy probable que vuelva para visitar a mi familia de acogida, pero gracias a esta experiencia me he dado cuenta de lo mucho que me gusta Europa y de que quiero permanecer en el continente durante mis estudios universitarios. Otro de los requisitos de la beca es que no puedo regresar a España durante los diez meses de mis estancia y mis padres no pueden visitarme tampoco. Echo de menos a mi familia y amigos, pero lo que más añoro es la comida de mi abuela y poder salir a pasear con mis amigos por Yecla cuando yo quiera sin tener que preocuparme por el transporte ni por el tiempo.