Esta joven yeclana es estudiante de Escenografía en la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD) de Madrid, y actualmente es Erasmus en la Nuova Academia di Belli Arti (NABA) de la ciudad italiana de Milán
¿Cuál es el motivo por el que elegiste afincarte en Italia y más en concreto en la ciudad donde vives actualmente?
Hace casi un año que vine a Milán, y si me pongo a recordar cómo empezó todo no puedo ni creerme que haya pasado un año entero viviendo en Italia.
Todo comenzó cuando en mi universidad a realizaron la primera charla informativa del Erasmus yo fui y no estaba segura si luego quería irme o no, lo que tenía claro es que no quería perder la oportunidad y luego arrepentirme, asique gracias a otros dos amigos que sí estaban muy decididos a irse me animaron y empecé a preparar todos los documentos, las cartas de presentación, los portafolios y toda esas cosas que hacen falta para poder realizar el Erasmus.
Todo este proceso se prepara con mucha incertidumbre, porque era prepararse para un futuro inmediato del cual no estás seguro si al final vas a acabar realizando o no. La verdad que mi mente siempre estuvo dividida en dos no sabía si tenía muchas ganas de irme o si me estaba equivocando, hoy en día puedo decir que fue un acierto y que no me arrepiento para nada de haberme venido hasta aquí.
Cuéntanos resumidamente el camino que recorriste, personal y profesional, hasta que te estableciste en tu actual lugar de residencia…
La verdad es que, el proceso del Erasmus, decidirte y entregarlo todo, es largo, agobiante y difícil pero cuando la universidad que tú has elegido contacta contigo y te admiten porque les ha gustado tu perfil y quieren que te formes con ellos durante un año, te sientes muy satisfecho y las ganas aumentan muchísimo más. En un principio tuve que elegir varias ciudades donde echar las solicitudes, en mi cabeza lo primero que vino fue decirme: ’’si te vas fuera de España, pues vete muy lejos’’, así que una de mis primeras ideas era irme a Finlandia pero luego esa idea cambió un poco y entonces pensé Copenhague, Praga y Milán.
La verdad que ahora no concibo haberme ido a otro sitio que Milán, y ha tenido, como todo, sus cosas buenas y sus cosas malas, pero creo que al final ha sido una muy buena lección. Sobre porque yo concibo el Erasmus como una experiencia educativa y así pues con lo que al mundo del diseño atañe creo que era la ciudad perfecta para venirme, ya que Milán es conocida como la ciudad del diseño y he podido aprender de muchísimos campos que todavía no conocía sobre él, agrandando sí mis posibilidades de visión hacia el futuro profesional.
También el hecho de venir a Italia me ha hecho aprender desde cero una lengua nueva para mí, el italiano, de la cual no creo que hubiera aprendido de otra forma. Es muy enriquecedor ver que te puedes desenvolver en otro país con su lengua materna, pues hace que la experiencia la vivas al 100%, por ello yo elegí dar mis clases en la universidad en Italiano. Aunque también he tenido la suerte de poder mejorar también el inglés, pues Milán es una ciudad muy multicultural y al final del día utilizo todos los idiomas que conozco, incluso el de los gestos, uno de los mas importantes y más recurridos en situaciones complicadas.
Diste el salto de Madrid a Milán… ¿Qué has aprendido que te ha enriquecido en esta ciudad italiana?
La experiencia Erasmus te permite conocer a muchísima gente nueva y para mí eso era otra de las razones de peso por las que irme fuera. Al final en Madrid me había cerrado a tener un círculo de personas a las que acudir, púes no me considero la persona más extrovertida; así que decidí poner tierra de por medio a esto y lanzarme a la necesidad de conocer gente nueva. Por suerte he conocido personas fantásticas las cuales me han abierto muchísimo la mente y me han enseñado a borrar fronteras.
Conocer nuevas personas te da la posibilidad de vivir nuevas experiencias y nuevas formas de ver el mundo te abre la mente muchísimo sobre todo si estás en otro país y está rodeada de gente que como tú está fuera de su casa y ves como en cada país se viven en situaciones similares y estas se resuelven de maneras diferentes. En definitiva te hace ser más consciente de que el mundo no solo existe donde tú estás, si no que hay mucho más allá y que con ello se puede aprender muchísimo.
¿Es cierto que el carácter de los italianos es parecido al español? ¿Qué semejanzas encuentras ?
Centrándome en la pregunta de si hay similitudes entre españoles e italianos, la verdad es que sí. Se nota que somos mediterráneos y tenemos muchísimas costumbres que son muy parecidas. Yo, por ejemplo, aparte de Italia he tenido la suerte de haber viajado a otros lugares y uno de ellos fue ir a Polonia donde mis amigos estaban haciendo el Erasmus y me contaban las enormes diferencias que tenían con los españoles, pues su carácter es mucho mas frío y distante.
Y en parte, es una realidad que somos del Mediterráneo, se nota y se respira, pero cierto es también que Milán es una ciudad mucho mas centro europea y el carácter del italiano milanés es muy diverso al de un italiano romano o florentino, tienen un carácter más distante y serio. De Milán dicen sus propios habitantes que tiene un color definido: ‘il grigio milanese’ (el gris milanés), pues así definiría también la personalidad del italiano del norte, pero aún así les queda la pasión y romanticismo italiano.
Cuándo piensas en Yecla, ¿qué es lo que más echas de menos?
La verdad que yo siempre me acuerdo de Yecla. Llevo ya viviendo cuatro años fuera y nunca dejo de echarla de menos; de hecho en mi universidad de España me llaman Yecla porque siempre estoy hablado del pueblo. Me gusta contarle a la gente todas las cosas buenas que tenemos, contarles las tradiciones yeclanas, creo que es muy importante no olvidarse nunca de dónde vienes.
Para mí Yecla significa hogar es lo primero que se me viene la cabeza cuando pienso en ella. Pues es donde está mi familia y las personas que más quiero, que es lo que al final más echo de menos todo el tiempo. Además, lo que también echas de menos después de vivir en dos ciudades grandes es ir por la calle y reencontrarte con personas que no habías visto desde hace mucho o poder moverte por la ciudad caminando sin la necesidad de coger transporte.
¿Concibes Italia como tu lugar de residencia permanente o te gustaría volver a España?
La verdad que actualmente no concibo e Italia como ciudad de residencia porque he echado muchísimo de menos España tengo muchísimas ganas de hablar mucho español y de vivir la vida española. Me encantaría vivir en España, creo que es un país extraordinario, en el sentido de toda la cultura que tenemos, la temperatura, la comida y nuestro carácter. Pero realmente no sé donde acabaré viviendo al final, pues aunque deseo volver, también deseo seguir moviéndome por diferentes países.