Los dos profesores ayudaron económicamente a La Tasca de Ana y Gardenia
Ambos establecimientos donaron la cantidad a AMPY y AYAC , respectivamente
A veces, un pequeño gesto acaba convertido en algo muy grande. Eso es justo lo que ha pasado con la decisión de un matrimonio de profesores, Francisco Javier López y María Cristina Muñoz Javier y Macri, de ayudar económicamente los a bares y cafeterías que frecuentaban y que ha acabado beneficiando a las asociaciones AMPY y AYAC, gracias también a la intervención de estos dos establecimientos de Yecla, La Tasca de Ana y Café Gardenia.
SIETE DÍAS ha hablado con los dos protagonistas, que señalan que “nuestra intención era ayudar y queríamos empezar por las personas a las que vemos con frecuencia en los lugares de ocio a los que acudimos asiduamente”, explican López, que es profesor en el instituto ‘Infanta Elena’ de la vecina localidad de Jumilla y Muñoz, que trabaja en el colegio ‘Miguel Ortuño’.
“Nuestra inspiración fue el médico Jesús Candel, más conocido como ‘Spiriman’, al que vimos en redes sociales proponiendo guardar durante el confinamiento impuesto durante la pandemia el dinero que destinamos normalmente a la hostelería y que no podíamos gastar al estar cerrados los establecimientos, para donarlo después a los dueños de los bares. De inmediato pensamos en La Tasca de Ana y Café Gardenia. Pero antes recurrimos también a un par de negocios de Yecla en los que nos agradecieron la iniciativa, pero nos dijeron que no lo necesitaban”.
De ahí la idea de escribir una carta,que firmaron como Macri y Javi, explicando a los responsables de estos establecimientos hosteleros que si no necesitaban este dinero, una cantidad de 200 euros en cada uno de los casos, lo donaran a quienes creyeran conveniente.
Y eso hicieron los responsables, tanto de la Tasca de Ana que cedieron esa cantidad a AMPY como de Café Gardenia, que han decidido entregar el dinero a AYAC, siempre por supuesto, agradeciendo a Francisco Javier López y María Cristina Muñoz su bonito detalle con un sector como el hostelero que lo ha pasado realmente mal durante estos duros meses de confinamiento en los que sus persianas han tenido que permanecer bajadas.
Con la reapertura de los bares y cafeterías se produjo la entrega de los sobres y las cartas. Tras hacerse pública la noticia, López y Muñoz se han visto sorprendidos por el revuelo mediático y empiezan a ser conscientes de que su gesto generoso se ha convertido en una cadena de solidaridad que ha acabado beneficiando a dos asociaciones que llevan a cabo una importante labor en favor de las personas con alguna discapacidad intelectual o por los afectados de cáncer.
“Es el momento de pensar en los demás. Nosotros, como funcionarios, somos unos privilegiados porque no nos ha faltado el sueldo durante estos meses y hemos visto que mucha gente se enfrentaba al cierre de sus negocios, estaban en un ERTE o directamente perdían su empleo”, destaca Francisco Javier López.
La pareja tiene una hija de seis años que “aunque es pequeña empieza a ser consciente de que hay que ayudar y ser solidario con los demás. Es el momento de la unidad. Está claro que lo peor de la emergencia sanitaria ha pasado y ahora toca remontar económicamente. Creo que nos irá bien si todos fomentamos el consumo en nuestra localidad, para ayudar a nuestra gente. Y por supuesto es necesario seguir manteniendo todas las precauciones, seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias y sobre todo, usar el sentido común”, afirman ambos.
Francisco Javier López y María Cristina Muñoz ya han regresado a tomar sus consumiciones favoritas a Café Gardenia. Y el reencuentro ha sido de lo más emotivo. “Verles con los ojos brillantes, casi llorosos, ha sido muy emocionante”, afirma López. Pronto irán también a La Tasca de Ana. “Lo que más nos alegra es ver que los establecimientos cuentan de nuevo con su público habitual. Que la gente responde. Eso nos llena de felicidad y nos tranquiliza”, señala este matrimonio.
