La pandemia le ha obligado también a aplazar actuaciones en Oviedo y Avignon
En sus 25 años de carrera no había parado nunca tanto tiempo. Paco Azorín, director teatral y escenógrafo, que se ha volcado de forma intensa en el mundo de la ópera, tuvo que detener su frenética actividad durante unos meses. Ahora, vuelve lleno de proyectos e ilusiones, aunque la mayoría de ellos se materializará a partir de 2021, cuando se espera que la pandemia haya remitido y se puedan relajar un poco las medidas de distanciamiento social que tanto afectan al sector cultural.
El confinamiento decretado en marzo sorprendió al creador yeclano en Barcelona, donde estaba ensayando la ópera participativa “The monster’s labyrinth” (El laberinto del monstruo). Azorín explica que “se trata de un montaje basado en el mito de Teseo, Ariadna y el Minotauro. Pero es una propuesta bastante original porque además de los cantantes profesionales, íbamos a contar con un coro y orquesta de hasta 400 personas, de entre seis y 70 años, para abrir la ópera a la sociedad, algo que verdaderamente es uno de mis objetivos”.
Evidentemente, el espectáculo tendrá que esperar y la fecha prevista inicialmente es marzo de 2021. También espera llevar su ópera “Sansón y Dalila”, con la que inauguró el Festival de Teatro Clásico de Mérida el pasado año 2019, al prestigioso festival de Avignon. Y como este yeclano es un artista inquieto y siempre gestiona varios proyectos a la vez, también tenía previsto viajar con la ópera “María Moliner” a Oviedo (cita pospuesta hasta 2022).
Además, si la pandemia no se hubiera producido, en SIETE DÍAS estaríamos informando estas semanas de un nuevo éxito suyo con la dirección de “Aida” en el Festival de Peralada. Aparte de sus proyectos operísticos, Paco Azorín trabajaba también en dos obras con el Teatro Español de Madrid que también han quedado pospuestas.
Pese a estas cancelaciones y retrasos, el director se muestra optimista, y cree que el sector cultural va a sobrevivir. “Las Administraciones Públicas han hecho algo muy inteligente. No han cancelado los espectáculos contratados, sino que los han reagendado en otras fechas. Eso ha servido como red y colchón a muchas compañías y profesionales». Tenemos que ser también nosotros los que logremos empujar hasta llegar a una nueva normalidad. Festivales como los de Almagro y Mérida que se están celebrando ya o van a abrir sus puertas en pocos días serán una toma de contacto”.
Paco Azorín recuerda que “el teatro lleva en crisis 3.000 años, como bien sabemos los profesionales. Y, desgraciadamente, antes de la pandemia tampoco las salas estaban llenas al cien por cien. Sabemos lo que es resistir y creo que lo haremos. El público va a responder porque tras estos meses hay sed de cultura, de sentir, de disfrutar. Y ahí estaremos nosotros”.
El prolífico creador yeclano ya ha vuelto al trabajo. Hace pocos días que representó una perfomance en el Festival Grec de Barcelona. Se trató de una lectura dramatizada de textos de Shakespeare y de fragmentos de la novela “La peste”, de Albert Camus. “Fue un espectáculo divertido, porque además me subí al escenario, cosa que no hacía desde hace mucho tiempo y estuve pintando. Y todo lo que yo dibujaba se proyectaba en una pantalla. Fue una experiencia muy bonita junto a 20 estupendos actores”.
Pese a las dificultades, Azorín invita al optimismo porque “esta situación pasará. El confinamiento también nos ha servido para reflexionar sobre nuestra vida, sobre lo que realmente tiene importancia y lo que no. Aprendamos de todo ello y salgamos mejores profesionales y sobre todo mejores personas”.