El sector vitivinícola vive sus semanas más intensas del año en mitad de una segunda oleada de la pandemia y en un momento en el que las ventas han caído más de un 35%.
¿Cómo ha arrancado la campaña de la vendimia y qué expectativas tienen sobre la cosecha?
A mediados de agosto empezamos con las variedades blancas y ahora, en pocos días, comenzaremos con la monastrell. Esperamos una buena cosecha, en torno a un 5 y un 15 % superior en cantidad a la del año pasado y además también la calidad va a ser excelente porque hemos tenido un año muy lluvioso, que es algo atípico y eso ha sido muy enriquecedor para nuestras uvas.
El reto este año es afrontar la pandemia en todos los frentes, en el campo, en las bodegas… ¿Qué medidas han tomado para intentar evitar los contagios?
Se han extremados las precauciones para tener una vendimia segura pero aún así estamos preocupados. Hemos hecho planes de contención con mascarillas para todos, lavado de manos frecuentes, incluyendo la instalación de lavaderos, los vendimiadores están lo más distanciados posibles, porque los campos constan de hileras de cepas y generalmente cada trabajador se ocupa de una hilera. Nos consta que los agricultores están muy concienciados y están respondiendo de forma correcta al desafío porque saben lo que el sector se juega. Y también los bodegueros estamos siendo muy rigurosos.
Nos gustaría que explicara qué es la cuota de cosecha que el Consejo Regulador cobra normalmente a los agricultores y qué les ha motivado a eximir del pago este año a los productores de uva…
La cuota de cosecha es un ingreso que tiene el Consejo Regulador de la DOP ‘Yecla’ y que cada agricultor paga a razón de las hectáreas de viñedo que tiene. Es un pago anual que se cobra a seis euros por hectárea de viñedo de regadío y tres euros por hectárea de secano. Este año, al ser tan excepcional por la pandemia mundial que estamos viviendo, el Consejo Regulador ha querido estar al lado de nuestros agricultores y tener un detalle con ellos, renunciando incluso a unos ingresos que nos son muy necesarios. Pero creemos que este era el momento de ayudarles y es la única manera que tenemos. El agricultor es siempre el eslabón más débil pero también el más importante.
¿Cuál es la situación actual para la industria? Recientemente hablaban ustedes de un 35% de reducción de las ventas…
Es así. Hemos vendido casi un 36% menos en lo que llevamos de año y las previsiones para el último trimestre no son mucho mejores. No sólo en Yecla. El sector del vino atraviesa una profunda crisis en toda España y el peligro que ya se están dando es que un exceso de oferta de vino haga desplomarse los precios. Por eso el Gobierno ha intentado compensar a los agricultores para la llamada poda verde y a las bodegas que se comprometan a almacenar el vino durante unos meses. La situación no es buena pero estamos obligados a ser optimistas y pensar que 2021 será un año mejor, toda vez que este nefasto 2020 encara ya su recta final.
El cierre de la hostelería durante unos meses les debe haber causado un gran perjuicio porque las ventas para consumo doméstico no son la salvación…
La hostelería y el turismo atraviesan un momento muy complicado pero no solo en España . En todo el mundo. Y hay que tener en cuenta que nuestro vino se exporta en un 90% de su producción. Y como bien dices, en los hogares de España, lamentablemente, falta una cultura del vino. La mayoría de la gente asocia esta bebida a salir, cuando también puede disfrutarse en casa. En los meses del confinamiento, a través de nuestros canales de venta on line, las bodegas hemos detectado un aumento de las ventas de vino a las familias. Pero claro, no compensa con la enorme pérdida de ventas en bares y restaurantes. Aunque siempre es bueno que la gente se anime a beber vinos tan excelentes como los que tenemos en Yecla.
¿Ha habido algún mercado que adquiera vino de Yecla que haya resistido mejor el golpe del coronavirus? ¿O han notado todos la pandemia por igual?
El primer mercado que se resintió fue el asiático, en marzo, China y Corea del Sur eran los países donde más acusamos el descenso de ventas. Pero luego la situación se ha ido moviendo. Europa fue la siguiente, después Estados Unidos. La situación está empezando a mejorar y se están reactivando pedidos que habían quedado aparcados, si bien es cierto que la curva ascendente que teníamos no ha vuelto, ni por asomo, a su situación inicial.
Quiero finalmente preguntarle por el enoturismo, que está siendo una fuente de riqueza para Yecla en los últimos años.. ¿Se está recuperando ya?
Es muy importante el enoturismo para Yecla, hasta el punto que yo diría que casi un 90% del turismo que visita nuestra ciudad, es público enoturista. Luego, por supuesto, además de conocer nuestras bodegas visitan nuestros monumentos y también parajes naturales únicos. Pero en un primer momento vienen por el enoturismo. Por hablar desde mi experiencia como bodeguero, nosotros reabrimos en junio las actividades enoturísticas con una buena respuesta del público. Me consta que ocurre lo mismo con otras bodegas de Yecla. Estamos notando que la gente vuelve y lo que les ofrecemos es un entorno seguro y grupos más reducidos. Antes era habitual juntar a un grupo de amigos con otros o con familias. Ahora normalmente se atiende a un núcleo humano que viene junto, sin mezclarse con otras personas. Esto no puede parar. El enoturismo es un motor de crecimiento y de empleo.