Tras más de 40 años trabajando en Feria del Mueble Yecla, a donde llegó como secretaria en 1979 y tras casi dos décadas como directora, Inmaculada Hernández se jubila y repasa con SIETE DÍAS la Historia, así, con mayúsculas, del gran escaparate del sector más vital de Yecla
Deja la dirección de Feria del Mueble Yecla tras toda una vida… Pero, ¿cómo fueron sus inicios?
Muy bonitos. Era una Feria totalmente diferente. Se vivía de otra manera, todo el pueblo participaba y era una fiesta. Venían compradores de los alrededores y se hacían pedidos para todo el año. No tenía nada que ver con la actual. Entonces se preparaba toda la publicidad a mano, se pegaban las direcciones con cola y los sellos con agua, y para los envíos se encargaba el taxi de Juanito, “conocidos por todos” y que llevaba el propio Juanito “de forma altruista” a todas las personalidades a Murcia. Lo recuerdo perfectamente. En estos momentos vienen a mi memoria aquellas escaleras tan altas el día de la inauguración de la Feria, con la alfombra roja que se colocaba para la ocasión, con tanta gente que subía al salón de actos a escuchar los discursos de los políticos de turno, y cuando salían, les entregábamos a todos un catalogo de la Feria de ese año. Era espectacular la alegría con la que se inauguraba el evento.
¿Venía usted del mundo del mueble?
Sí, yo era tapicera. Trabajaba en la empresa de Muebles Hermanos Bañón, que tenían en la calle Colón. Era una fábrica de muebles pero tenían tapicería y hacíamos pufs para los dormitorios. Había trabajado también esporádicamente de administrativa, en una empresa pequeña también de muebles, Hermanos Castaño. Entonces se valoraba mucho que supieras mecanografía. Mientras tanto, estudiaba el bachiller elemental por la noche en el Instituto. Me enteré que buscaban una chica para la Feria y me presenté en la institución para hablar con Pedro Muñoz, que estuvo muchos años de secretario en la Feria. Le gusté o por lo menos eso me dijo. Enseguida me llamaron para trabajar como ayudante y así comenzó mi carrera laboral aquí. En aquellos tiempos trabajábamos solo tres meses, antes de la Feria, durante, y unos días después de acabar el evento. Se dejaba todo preparado para la siguiente edición. En aquellos tiempos, y estamos hablando de 1979, durante el año solo trabajaban un administrativo y el conserje que vivía aquí en el recinto.
¿Cuándo asumió la dirección?
Oficialmente en el año 2003, cuando el alcalde Juan Miguel Benedito se hizo cargo de la Presidencia de la Feria, pero estuve varios años ejerciendo de directora sin “titulo” . Antes y en este tipo de trabajo no se reconocía formalmente sobre todo a una mujer, del pueblo, y que trabajase en la institución más de una década. Anteriormente, se contrató a un gerente, pero solo trabajó una edición y enseguida me nombraron directora, hasta hoy.
¿Qué retos se marcó para la institución ferial que ahora que se jubila puede decir que ha cumplido?
En líneas generales me siento muy satisfecha,. Se han celebrado muy buenos certámenes, con subidas y bajadas tanto de expositores como de visitantes, pero la Feria ha cambiado mucho y tiene que seguir cambiando. A Yecla ya se le reconoce hace tiempo, a nivel nacional e internacional como una ciudad industrial del mueble, aunque ahora haya cambiado a descanso, en cuanto a colchones y tapizados sobre todo. Hay que seguir innovando y reinventándose, como en todos los sectores. Me voy tranquila porque pienso que hemos desarrollado muy buenos proyectos, hemos participado en Ferias tan importantes como, Mebel en Moscú, en Birmingham, en París, Oporto, Colonia, Milán, Hotel Show en Dubai… Y en todas con stands propio, siempre de la mano del Instituto de Fomento. Creo que lo que siempre he defendido en este sector es la unión, y en algunos proyectos lo hemos logrado. Hablo en plural porque siempre ha habido un Comité Ejecutivo detrás y unos compañeros que han dado siempre lo mejor de cada uno.
Usted ha sido testigo directo de la evolución del sector del mueble ¿Qué es lo que más destacaría de los cambios en la principal industria de Yecla?
40 años han dado para mucho. He sido testigo del enorme trabajo que se hace en Yecla, empresas que se abrían y que se cerraban, pero casi siempre, cuando se cerraba una, nacían dos o en algunos casos tres. El empresario yeclano es una persona inquieta, independiente y sobre todo muy trabajador. Han sabido muy bien reinventarse en todas las crisis que nos ha tocado vivir en estos años. Han habido muchos cambios en la industria, sobre todo yo destacaría el diseño, la innovación y la logística en las empresas. En algunas de ellas van ya por la tercera generación, por lo que se ha unido la sabiduría de los padres con la inquietud y el manejo de las nuevas tecnologías de los hijos.
Hace año y medio dio su salto a la política y es concejala del Grupo municipal socialista… ¿Cómo le afectó en su trabajo? Sabemos que su decisión no fue comprendida por todo el mundo…
Yo siempre he sido simpatizante de la izquierda y desde el PSOE me llamaron para ver si me podían incluir en la lista electoral de 2019. Al principio pensé que no valía para esto y dije que lo tenía que consultar con mi familia. Lo consulté pero como soy muy independiente decidí que sí y así lo manifesté al grupo y acto seguido a mi jefe, el presidente del Comité Ejecutivo y alcalde de Yecla, Marcos Ortuño. Sigo todavía sin comprender a aquellas personas que no lo entendieron, ya que yo entré en política, solo para intentar ayudar a quien lo necesite, y como comenté en su día, mi puerta estará siempre abierta a quien le haga falta.
Finalmente, ¿cómo se plantea esta nueva etapa llamada jubilación?
Se cierra un ciclo y se abre otro. Quiero tener tiempo para mi familia, seguir aprendiendo en política, y sobre todo poder ser dueña de mi tiempo, y de alguna manera continuar enriqueciéndome como persona.
