Ha sido un largo camino que se extiende durante nada más y nada menos que 20 años pero en este número que usted, lector, tiene entre sus manos, llegamos a la edición número 1000 de este, su periódico. Llevo como redactor en SIETE DÍAS YECLA una gran parte de esas 1.000 ediciones y una de las mayores satisfacciones de esta profesión es haber podido dar voz a los colectivos locales, asociaciones y personas que a título individual lo han necesitado y siguen necesitando a día de hoy.
Nuestro semanario ha actuado como altavoz de muchas personas de Yecla que pese a su necesario trabajo, no hallaban la repercusión o la difusión que tanto demandaban y que les permitía que la gente, el pueblo, conociera la labora que estaban llevando a cabo. Vienen a mi mente asociaciones sociosanitarias, sociales, culturales o algunas pequeñas fiestas que conforman el amplio calendario de eventos de nuestra ciudad y que este aciago 2020 estamos echando tanto de menos.
SIETE DÍAS YECLA y antes EL FARO fueron fiel reflejo de sus charlas, jornadas, ponencias, encuentros, galas benéficas, obras de teatro, presentaciones de libros, campañas de información, recogidas de firmas, actos para sensibilizar a la población sobre una enfermedad o una patología muy concreta, encuentros y convivencias entre distintos colectivos en alguno de los privilegiados parajes yeclanos, viajes, fiestas, conmemoraciones… Todas y cada una de estas citas ha quedado correspondientemente documentada a lo largo de estas 1.000 semanas, 20 años en los kioscos y librerías y en los bares, peluquerías, negocios y hogares de miles de yeclanos.
Y esos artículos, a día de hoy se exhiben de forma discreta pero también orgullosa en los tablones de información de muchas sedes de estas asociaciones. Además de permanecer guardados y archivados para siempre en la memoria de nuestro pueblo, gracias al período más duradero y estable de la prensa local en nuestra ciudad. Ninguno de los intentos de épocas anteriores ha perdurado tanto como este periódico.
Profesionalmente supone una gran satisfacción sentirse de utilidad sobre todo para las personas a las que más les cuesta hacerse oír porque existen otros protagonistas de nuestras páginas, como por ejemplo los políticos, que disponen de un mayor protagonismo y distintos medios para hacer llegar a los ciudadanos su mensaje. Guardo en mi recuerdo cada llamada, cada agradecimiento… Todas las palabras amables que estas personas nos han dirigido por simplemente hacer nuestro trabajo. Trasladar un mensaje desde su emisor hasta el receptor. Así ha sido y así seguirá siendo en esta casa porque nuestro trabajo no tiene sentido sin las personas y asociaciones que generan la actualidad, como tampoco lo tendría sin los lectores que nos siguen apoyando fielmente semana tras semana así como sin las firmas comerciales que con su respaldo hacen posible que cada semana ustedes pueden adquirir su ejemplar de SIETE DÍAS junto a LA VERDAD.
Este es un 2020 muy extraño para todo nuestro equipo porque una época de celebración, de festejo por estos logros: 20 años de trabajo, o la edición número 1.000 de este 26 de noviembre, se ha visto afectada por la pandemia que nos ha golpeado del modo más cruel que nadie podía esperar. En primer lugar con la pérdida de vidas humanas y en segundo lugar con la desolación económica y el miedo y la incertidumbre. Pero 2020 está a punto de acabar y tenemos el deber de ser optimistas. De pensar que 2021 será mejor y que se hallará una solución al maldito coronavirus. Y cuando eso llegue estaremos deseando podérselo contar. Muchas gracias por tanto.