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lunes, 25 noviembre, 2024
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Impunidad

La de quien obra mal y en contra del vecino y puede hacerlo sin temor a un castigo…

La que goza el okupa con más derechos y muchas menos obligaciones que el propietario…

La del delincuente común que, pese a estar mil veces fichado por la policía, sabe que no le va a pasar nada y que lo van a soltar a la primera de cambio…

La de quien infringe la ley a sabiendas de que ni siquiera le llegará la multa correspondiente, porque habrá colapso en los ayuntamientos para gestionarlas, y terminarán por prescribir…

La de quien destroza bienes urbanos en un arranque de cólera sin mayores consecuencias…

La de esos adolescentes que aprovechan sus manifestaciones a favor de la independencia para romper escaparates y robar los objetos envidiados…

La del asesino a quien condenan a muchos años de cárcel pero que estará en muchos menos andando tranquilo por las calles, cerca de las víctimas…

Impunidad para todos ellos y desesperación para los damnificados, los espoliados, los engañados y los agraviados, puesto que apelar a la justicia supone meterse en un laberinto de abogados y leyes de las que no se entiende nada, y que, al cabo de los años, ni siquiera castigan al malhechor sino a quien ha puesto la denuncia…

Impotencia del ciudadano que cree estar amparado por la justicia y no lo está.

Desmoralización del policía que quiere hacer bien su trabajo y ve como sus esfuerzos no sirven de nada.

Pesimismo de quien apeló a la justicia y demandó, y se encontró al final de unos años sin haber conseguido equidad y habiendo gastado una fortuna…

Imposibilidad de los jueces ante la complejidad de las leyes y la levedad de los castigos…

De esa situación proviene el refrán “más vale un mal acuerdo que un buen juicio”.  No obstante, uno de los logros fundamentales de una democracia es que funcione la justicia y que ésta sea imparcial.  El caos que vivimos en España a todos los niveles necesita que nos replanteemos muchas cosas, en primer lugar, la simplificación, funcionalidad e imparcialidad de la justicia…

En otros países, existen soluciones y la justicia funciona. Por ejemplo, en Canadá, para los pequeños casos, o con un montante pequeño, hay tribunales especiales y muy rápidos que no necesitan de abogado. Para los casos medios, otro tanto, y solo los graves requieren de toda la parafernalia judicial.

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