A pesar de resurgir la actividad social conviene recordar que no bajemos la guardia todavía
A pesar de los dos años que se han cumplido del inicio de la pandemia no conviene lanzar las campanas al vuelo hasta que la vuelta a la normalidad no se decrete oficialmente. Todavía conviene continuar con las medidas más eficaces puestas en marcha para combatir al virus como las mascarillas, las vacunas o mantener la distancia en sitios cerrados.
Pero sin olvidarnos de los llamamientos a la prudencia y responsabilidad, el resurgir de la actividad social pudiera indicarnos de que estamos cerca del fin sin, como decimos, dar todavía la batalla por vencida. Buena prueba de ello son gran parte de las noticias que publicamos en este número relativas al pasado fin de semana que congregaron a un nutrido número de vecinos: la Asamblea socialista en la Casa del Pueblo del sábado en la mañana y por la tarde la elección de Reina y Damas de las Fiestas de San Isidro en el Teatro.
Y el domingo, el Pregón de Semana Santa en la Iglesia del San Francisco o el alirón del Yeclano Deportivo que concentró a una multitudinaria afición en el campo de la Constitución. Por eso si se nos permite la expresión, estamos ya pisando la ansiada normalidad o al menos algo muy parecido.
