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martes, 3 diciembre, 2024
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ENTREVISTA: JOSÉ MANUEL MARTÍ PÉREZ, NUEVO PRESIDENTE DEL REAL CABILDO SUPERIOR DE COFRADÍAS

Cuando llevaba sólo unos meses jubilado, tras toda una vida dedicada al cuidado de la Basílica , nuestro entrevistado de esta semana ha asumido la responsabilidad de ponerse al frente de la Semana Santa de Yecla, unas Fiestas que aglutinan a más de 3.000 personas cada año

¿Qué le motivó a presentarse para presidir el Cabildo cuando justamente acababa de jubilarse?

En agosto, cuando estábamos calibrando las posibilidades de que se presentase alguien para ser presidente del Cabildo, detectamos que las Cofradías estaban un poco reacias. Nadie quería presentarse. Había un sector de la ciudadanía que me animaba a que me hiciera al frente pero para que alguien pueda presentarse a presidir el Cabildo ha de ser presidente de una Cofradía. De este modo, el presidente de la Cofradía a la que pertenezco, la del Cristo de la Buena Muerte, cedió su voto para que yo fuera el representante de la misma en el Plenario del 6 de septiembre. Sobre la pregunta de mis motivos, yo debo decir que estaba muy tranquilo en casa, salía de viajes… Pero el hombre propone y Dios dispone y tengo muy en cuenta a la gente que me ha pedido hacerme al frente. Este es un cargo y una carga, porque conlleva mucha responsabilidad pero llego con ilusión y ganas de trabajar.

¿Cómo será la directiva que le va a acompañar estos próximos años?

Este mismo jueves hemos presentado a la junta permanente y el domingo 16 tuvimos la Misa del Espíritu Santo en la Basílica, en la que los cargos recién nombrados pedimos acierto en nuestras decisiones y trabajo. Ha costado confeccionar el equipo porque quería gente joven, novedosa, dispuestos a trabajar por la Semana Santa y creo que lo hemos conseguido entre Lidó, mi vicepresidente y yo, hemos logrado contar con un gran equipo.

¿Con qué ideas y nuevos retos ha llegado a la presidencia del Cabildo?

La junta directiva que yo presido debe ser la que ejecute los acuerdos del Plenario en el que participan las 19 Cofradías. Tenemos que trabajar para que el Museo de la Semana Santa sea una realidad con un equipo experto en arte, que conozca bien la materia, también es muy necesario que la sociedad yeclana se involucre aún más con todas las Cofradías y lograr que las que tienen menos apoyo puedan contar con más gente. Y el tema de las bandas es prioritario. Debemos conseguir que tengan un local adecuado para ensayar porque el invierno en Yecla es muy duro y está a punto de comenzar el frío. También me gustaría que las procesiones que aún no están consolidadas pasen a estarlo y hay que cuidar más algunos momentos únicos como la Cortesía.

¿Cómo valora la labor de su antecesor en el cargo de presidente, Luis Azorín?

Luis accedió a la Presidencia del Cabildo de un modo similar, puesto que él tampoco era el presidente de su Cofradía, Jesús Despojado de sus Vestiduras cuando accedió al cargo en 2016. A partir de 2019, Luis tuvo que afrontar momentos muy duros, con las lluvias de ese año. Y por supuesto, en 2020 y 2021 con la suspensión total de la Semana Santa por la pandemia de coronavirus. Esos dos años de parón, además, nos han perjudicado, porque han mermado la asistencia a las procesiones y algunas bandas han dejado de participar. Él ha luchado lo mejor que ha podido pero se ha encontrado con tres paredes enormes y no ha podido llevar a cabo todos sus proyectos por razones ajenas a él, pero no cabe duda de que es un entusiasta de la Semana Santa y valoro muy positivamente su trabajo, ilusión y dedicación.

Por último…¿Cómo valora, ahora que ha terminado ya esta etapa, todos los años que ha dedicado usted a la Iglesia en su trabajo como sacristán de la Basílica de La Purísima?

Lo valoro muy emocionado porque ha sido una época maravillosa. En 1971, con 14 años, me surgió la posibilidad de encargarme de La Purísima. Aunque intenté compaginarlo con mis estudios, vi que era imposible y al año los dejé y me dediqué plenamente a la Basílica. En 1974 empecé a gestionar también la documentación de la oficina del cementerio. Han sido 51 años en los que he trabajado muy a gusto, aunque también haya habido algunos sinsabores y disgustos. Han sido muchas bodas, entierros, comuniones. He visto pasar a cinco párrocos por la Basílica. Pero lo que más agradezco es el cariño de la gente, que es siempre muy reconfortante. Y también recordaré especialmente el privilegio de haber podido atornillar la corona a la Virgen en las Bodas de Oro de su Coronación. Son momentos imborrables en mi memoria.

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