Los ladrones sustraen joyas y dinero pero no alteran la vivienda y las víctimas no se percatan en el acto
Alex Delegido – Antonio Quintanilla
Es un nuevo modus operandi. Por lo menos en Yecla. Los ladrones acceden a las viviendas sin violencia y sustraen únicamente objetos concretos, como joyas, monedas o dinero en metálico. Y después se marchan tal y como entraron, sin causar destrozos. Son los ‘robos fantasma’ y según ha podido saber SIETE DÍAS ya han llegado a nuestra ciudad.
En la última semana de septiembre y la primera del mes de octubre, han sido casi una decena los hogares de Yecla en los que los ‘cacos’ han hecho acto de presencia mediante esta nueva forma de ‘trabajar’, un método que vienen utilizando los delincuentes de forma más frecuente en otras Comunidades Autónomas, como principalmente, en Andalucía.
Según las autoridades, los amigos de lo ajeno que entran de este modo en los domicilios, lo hacen en busca de dinero y joyas. En sus discretos movimientos por la vivienda, lo dejan todo como se encontraba, sin alterar o revolver su interior. De ahí que los moradores, a su regreso, no se percataran de que habían sido víctimas de un robo.
Los perjudicados llegan incluso a sospechar de su entorno más cercano, por no encontrar explicación a la desaparición de los objetos.
Este es el caso de varios vecinos de Yecla con los que ha contactado este periódico. Así, una joven cuyo padre fue víctima de este tipo de robos señalaba que “él es una persona mayor con sus horarios, sus rutinas… Sale a la misma hora y vuelve a la misa hora, por tanto, debían conocer sus movimientos. Los investigadores nos han explicado que estos indeseables logran acceder a las viviendas sin ninguna violencia y portando detectores de metales con los que van directamente a por el oro: joyas principalmente y también dinero.
Además, sabían bien lo que hacían porque en la casa había también otras joyas de bisutería que no tocaron. Lo más tremendo es que las personas que somos víctimas, no nos percatamos en el momento aunque en nuestro caso fuimos de los primeros de ese bloque de pisos en reaccionar. Algunos otros vecinos se dieron cuenta días después”.
Otra de las vecinas de ese mismo edificio comenta que “yo me di cuenta días después, cuando fui a buscar unos pendientes al joyero para cambiármelos. Fue entonces cuando supe que habían entrado también en nuestra casa. Es una sensación muy extraña porque encima hacen que las personas dudemos y sintamos inseguridad sobre personas de nuestro entorno. Es una forma más de sentirnos desprotegidos”.
Efectivamente, una de las características de estos ‘robos fantasma’ es que, por si fuera poco, aumenta la conflictividad en las familias, porque muchas personas creen que el autor del robo ha podido ser alguien de confianza. Desde un familiar directo a empleadas del hogar que trabajan en los domicilios.
Este tipo de robos se están dando sobre todo en el casco urbano aunque en otras zonas de España también se han registrado ‘robos fantasma’ en casas de campo, aunque de forma más minoritaria.
