Ángel del Pino Moreno (*)
En los últimos años hemos sido testigos de un progresivo deterioro del sistema nacional de salud en España. La falta de planificación, los recortes y la mala gestión de los recursos por parte del Gobierno central y las CCAA nos ha llevado a una situación crítica. La pandemia de COVID-19 ha dejado al descubierto las deficiencias de nuestro sistema sanitario. La crisis sanitaria que estamos viviendo actualmente no es más que la consecuencia de años de negligencia y falta de previsión a largo plazo en nuestro sistema de salud. Esta mala gestión en la planificación de necesidades ha provocado escasez de personal sanitario y recursos insuficientes para hacer frente a la demanda. Esta falta de recursos ha dado lugar a hospitales y centros de salud colapsados, poniéndose en riesgo la atención médica de los ciudadanos. La falta de inversión en infraestructuras y la precariedad laboral en el sector sanitario han contribuido a empeorar la situación.
Es fundamental que el Gobierno central y las CCAA prioricen la salud de los ciudadanos y destinen los recursos necesarios para garantizar un sistema sanitario de calidad. La salud no puede ser un lujo al alcance de unos pocos, sino un derecho fundamental que debe ser protegido y promovido por las autoridades. Es responsabilidad de las autoridades actuar de manera decidida para garantizar el derecho a una atención médica de calidad para todos los ciudadanos.
¡Es hora de actuar y reconstruir un sistema de salud sólido! Ante esta crisis anunciada, es urgente que se tomen medidas concretas para mejorar nuestro sistema de salud. No podemos ni debemos permitir que la situación crítica en que se encuentra empeore. Estas medidas, no solo se basa en aumentar la inversión pública en sanidad, (en un mínimo del 7%), sino también una gestión eficaz de lo que se tiene.
Se deben realizar inversiones en infraestructuras, contratación de personal sanitario y mejora de las condiciones laborales en el sector. Además, es crucial fomentar la prevención y la promoción de la salud entre la población.
En vez de actuar en este sentido, el Gobierno central apoyado por algunas CCAA, con el fin de cubrir la falta de especialistas, planeaba aumentar la obligatoriedad de las guardias médicas de los 55 años actuales a los 60 años. Este no es el único ataque que amenaza a la profesión médica. También, algunas CCAA han propuesto obligar al especialista en formación (MIR), a prorrogar su formación en el hospital en el que se está formando, de los 4/6 años actuales a 8 años. Esta medida inaceptable, basada seguramente en que los médicos en formación han sido tradicionalmente una mano de obra muy barata para la administración, no solo supondría un retraso en el inicio de la carrera profesional de estos médicos, sino que también podría afectar negativamente a la calidad de la atención sanitaria que reciben los pacientes. Es fundamental garantizar condiciones laborales justas y adecuadas del personal sanitario. La falta de personal y la creciente presión asistencial han dado lugar a que los profesionales de la medicina se vean cada vez más desbordados y desmotivados. Imponer nuevas obligaciones y restricciones solo empeorará la situación.
No se puede consentir que, con la finalidad de solucionar el problema de falta de especialistas, problema derivado exclusivamente de una mala gestión enquistada, se recorten las condiciones y derechos actuales del personal sanitario conseguidos a lo largo de los últimos años.
Podemos destinar ingentes cantidades de dinero en Sanidad, pero si este dinero no se emplea donde se debe, poco se consigue. ¿De qué me sirve, tener una resonancia magnética o escáner de última generación, si no tengo suficientes radiólogos para atenderlos?¿De qué me sirve invertir millones en los Hospitales Comarcales si tengo un déficit de especialistas para realizar el trabajo? Solo sirve para que las listas de espera de la Sanidad Pública aumenten desmesuradamente.
Si revisamos la famosa agenda 20/30, la mayoría de dinero destinado a gasto sanitario está dirigido a digitalizar consultas, refuerzo de consultas telemáticas, compra de material, ampliación de hospitales y centros de salud… pero siguen olvidándose del gran problema de la Sanidad en España que es el del personal sanitario.
Las condiciones con las que la Administración quiere dar solución al déficit de especialistas, eliminando derechos laborales conseguidos hace muchos años, son inaceptables. La escasez de profesionales y las plantillas mermadas actuales, no se puede solucionar exprimiendo hasta el extremo a los profesionales del SNS.
Si la solución al problema sanitario en España es tomar este tipo de medidas, será la gota que colmará el vaso de la paciencia de la profesión. Es crucial que se tomen medidas para proteger a los profesionales de la salud y garantizar una atención sanitaria de calidad para todos los ciudadanos. Es fundamental que el Gobierno central y las CCAA trabajen juntos para abordar la falta de personal sanitario de manera efectiva y mejorar las condiciones laborales de los profesionales sanitarios
!!Señores políticos, el sistema sanitario está a punto de estallar!!
(*) Ángel del Pino Moreno es médico jubilado