Autodidacta, incansable recorriendo archivos y bibliotecas, nos deja su mejor legado: su obra
La muerte de Alfonso Hernández Cutillas nos sorprendía este martes. Yeclano hasta la médula, gran divulgador de las Fiestas y tradiciones de Yecla, que impulsó mediante sus libros (casi una veintena), era también un enamorado de Almansa, al llevarle allí la vida por la relación con su fiel compañera de estos últimos años, Belén García. Autodidacta, incansable recorriendo archivos, bibliotecas y hemerotecas, colaborador asiduo de este periódico (queda pendiente la serie que pensaba publicar sobre el 50º aniversario de la Asociación de Amigos de la Música) y persona siempre dispuesta a ayudar.
Bien lo sabe la Federación de Peñas de San Isidro, ya que coordinó el expediente de la Declaración de Interés Turístico Nacional y la Asociación de Mayordomos, de la que fue secretario en los años 80 y con la que colaboraba para lograr la Declaración de Interés Turístico Internacional. Una pérdida irreparable, sin duda, pero siempre tendremos su mejor legado; su obra con la que reflejó las Fiestas, Historia, tradiciones y costumbres de esas Yecla y Almansa que tanto amó.