Juan Muñoz Gil
Según la RAE debe pronunciarse AGUADOR, aunque con la expresión con la que encabezo este artículo queda sin duda más castizo el enunciado y justificada así la reiteración. Actividad ésta de expendedor de agua, que tras ver distintos anuncios en televisión, donde escenifican a un aguador portando al hombro una garrafa de agua de una marca determinada que vende a domicilio, y al ser una profesión que ya hace décadas dejó de existir, llama la atención que precisamente hoy en una época ya funcionando la Inteligencia Artificial, los viajes a la Luna y en breve a Marte, con medios de comunicación casi telepáticos, robots que hacen todas las funciones humanas y ni se sabe los desbarajustes que se van a poder ver y que están desfigurando la Naturaleza, a la vez originando un disloque en las personas sin que nadie sea capaz de imaginar hasta dónde puede llegar esta paranoia, ya que al día de hoy, otra vez volvemos a precisar del clásico aguador al ser imposible contar con agua potable en el interior de las viviendas, y resulta paradójico que disponiendo de tal profusión de avances tecnológicos sea la problemática del agua en este mundo algo de tan difícil solución, al retroceder casi un siglo por no ser capaces de afrontar una necesidad tan incuestionable y lograr llegue al consumidor ese vital elemento con todas las garantías sanitarias requeridas…
En el año 1902, según la foto que acompaña este artículo, se celebró en Yecla la inauguración del primer punto de agua en el Parque Municipal para servicio público, agua procedente del nacimiento situado a unos cuatro kilómetros de la población en la carretera de Almansa, paraje denominado El Depósito, por una tubería de hierro de16 cm., y aprovechando el desnivel de unos 50 metros de altura desde el nacimiento hasta el hoy Parque de la Constitución, se logra sin ninguna fuerza Motril la presión necesaria para abrir un grifo y ver brotar un boyante chorro de agua. Fue un día de fiesta con asistencia al acto de autoridades políticas y religiosas y la mayoría de la población, ya que el acontecimiento suponía para los yeclanos la posibilidad de abastecerse de agua sin necesidad de ir al Puente, como así se mencionaba el lugar donde la gente se abastecía y era la que discurría del nacimiento de la Fuente Principal por el cauce que bordeaba los huertos en los ejidos del pueblo, agua ésta, disponible ya en todo momento para servicio público, donde las mujeres podían hacer la colada y también asear a los niños, aun muy de largo en largo.
Y seguidamente se inauguró otra toma en el clásico Muro de los Aguadores, donde podían abrevar animales de trashumancia y caballerías que transitaban por el todavía hoy Camino Real con destino a otras villas o lugares. En el año 1984, se modernizo el frontal de la Fuente con un mosaico representativo, obra de José Luis Candela, adosado a una lonjeta o terraza, ahora relax de los numerosos andarines acostumbrados a callejear como costumbre muy elogiada y aconsejada por el cuadro médico.
Generalmente era la gente más humilde quienes se veían en la necesidad de transportar el agua desde los puntos habituales y permitidos hasta sus viviendas tras un penoso recorrido, ya que los más pudientes, todos ellos disponían del clásico patio castellano y un aljibe o cisterna donde recogían el agua pluvial de los tejados y solucionaban sus necesidades sin precisar recurrir a fuentes exteriores comunes, y solo en caso de que el cielo se negara, como era norma en Yecla, entonces el agobio se generalizaba a toda la población.
El agua, ese bien común más generalizado en la historia de la humidad y sin embargo, ante la facilidad con que en el ultimo siglo se ha podido recibir y derrochar, no se valora en la cuantía que corresponde a un recurso imprescindible y escaso, ocurre como al dinero que también corre libremente para acabar generalmente en las manos de unos pocos. Por lo pronto, el agua ya se compra en los supermercados y el aguador facilita su transporte, lo que sin duda alguna va a cambiar la problemática de cualquier pueblo en el que caso de desaparecer sus manantiales que les abastecen, podrán seguir recibiendo el agua en la cesta de la compra como un artículo mas de primera necesidad, como ya está ocurriendo.