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domingo, 24 noviembre, 2024
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LA OTRA CARA OSCURA DEL DEPORTE

Quizás no hagamos bien aplaudiendo solamente a los deportistas número uno y olvidando a todos los demás que quedan detrás

Creo que los adultos no lo estamos haciendo del todo bien a la hora de transmitir los valores del Deporte a los hijos y a las generaciones que ya vienen pisándonos los talones. Se nos llena la boca hablando de que el Deporte es compañerismo, disciplina, perseverancia, generosidad, igualdad y, por encima de todo, respeto. Pero si no medimos correctamente nuestras palabras corremos el riego de no explicarnos con claridad y que entiendan que en el Deporte o eres el número uno o nadie va a acordarse de los esfuerzos y sacrificios que has tenido que hacer para quedar el segundo, el tercero, o aunque sea el cuarto e incluso el último, porque no escucharán el aplauso de nadie.

El Deporte también enseña a aceptar el fracaso, que es lo mismo que aceptar el éxito de los demás porque hay otros que son mejores que nosotros. Creo que exageramos más de la cuenta derrochando tanta desorbitada pasión y delirio solo por los números uno, y recalco lo de solo y solamente por los números uno. ¿Nadie se acuerda de que por encima del resultado lo más importante es participar? Es muy humano, fieramente humano como diría don Blas, que llevados de un desmedido y desbordante entusiasmo subamos a los altares a ídolos deportivos que alcanzan increíbles metas y triunfos consiguiendo lo que no está escrito, lo que nadie o muy pocos logran, pero hasta cierto punto y sin pasarnos de la raya, o de frenada como se dice ahora. Porque en la misma medida que ovacionamos en masa a esos números uno podemos desanimar y echar por tierra a los que han quedado detrás a pesar de su gran valía deportiva, de que aún les queda el tiempo que les tenga que quedar para obtener esos mismos logros o quizás no los alcancen nunca. No quedar el primero no significa en absoluto que no seas igualmente un excelente deportista aunque nunca hayas subido al podio o no recibas constantemente galardones y reconocimientos.

Yo lo llamo la cara oscura del Deporte, a la que tendríamos que prestarle bastante más atención, y en la que no dejé de pensar hace unos 15 días durante la entrega de premios de la Gala del Deporte de Cope Yecla. Pensé de nuevo en esa otra cara oscura del Deporte de la que nadie quiere hablar viendo los éxitos de Alcaraz en Wimbledon y de la Selección Española en la Eurocopa. También me acordé de mi hija cuando era muy pequeña y acababa en un baño de lágrimas tras fallar en alguna de las pruebas de atletismo o de baile acrobático en las que con tanta pasión participaba después de muchos meses de entrenamiento. O cuando mis hijos salían derrumbados tras perder por un apabullante resultado en un partido de fútbol o baloncesto. No dejé nunca de repetirles (como todo el mundo sabe los padres solo nos dedicamos a repetir cientos de veces los mismos sermones), que por encima de todo la principal enseñanza del Deporte es aprender a aceptar la derrota, el fracaso, a levantarnos para intentarlo de nuevo una y otra vez, y las veces que hagan falta, hasta llegar a la única y más reconfortante de todas las metas, que no es otra que aceptarnos a nosotros mismos.

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