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¡VERANEE AL SON DEL FLAMENCO. VÍVALO!

José Pascual Ortuño Redondo

Los viernes veraniegos de siempre han sido y son noches ‘flamenqueras’, conocidos como los viernes al show. Terminada la ‘faena’ del Trabajo, cambio de vestimenta, ideas y deseos y a ‘flamenclear’. Invierte unos euros en ti mismo. Dale un mordisco a la Vida. Y ¡diviértete, que la vida te lo reclama!.

Durante la temporada estival, desde su comienzo, hace más de 40 años, se celebra en la pequeña pero grande localidad de Lo Ferro en Torre Pacheco uno de los Festivales Flamencos de más hondo ‘sabor popular’.
Lo Ferro se llena de cultura en la 44ª edición de su Festival Catalogado de Interés Turístico Regional. Su Peña Flamenca local, ‘Melón de Oro’, anima el ‘cotarro’ con sus noche y ‘madrugás’ flamencas, dando paso a la intervención de los aficionados a este arte, improvisando.

Durante una Semana, el festival ferreño, desde su remodelado Teatro y el Patio de la Peña, sito en la local Plaza del Flamenco, inundan de actividades estos recintos locales.
Nombres tan consagraos como José Mercé, Farruquito y El Pele encabezan el elenco de artistas que anima este año ese Festival tan lleno de vitalidad. ¡Veranée al son del flamenco!, que es la consigna lanzada que se ha adueñado de las cálidas pero sonoras noches veraniegas ‘pachequeras’.

Pero, adentrémonos en la historia. El flamenco ha sido y es de siempre parte de la rica cultura española. Se trata pues de la representación artística más internacional de nuestra cultura, tanto que incluso fue considerado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO allá por 2010.

El género incluye: toque, cante y baile. Tres premisas imprescindibles para entender este arte. Hoy nos centraremos de momento en el cante.

Camarón de la Isla, gaditano universal, de temprana afición que recorriendo ventas con su cante ‘jondo’. Su disco “Soy gitano” poco tardó en ser el más vendido de la Historia del Flamenco. La Niña de los Peines, sobrenombre de Pastora Pavón, sin duda la mejor cantaora de flamenco. Se trata de una artista muy completa que llegó a dominar prácticamente todos los palos flamencos. Comenzó sus andaduras en el cante, actuando con tan solo ocho años en los entonces existentes cafés cantantes.

Gran intérprete sin duda de peteneras, soleares, tarantas, seguiriyas y tangos. Sus registros sonoros fueron declarados Bien de Interés Cultural del Patrimonio Andaluz.
Y qué decirles del insigne sevillano, el gran Manolo Caracol, representante de una gran estirpe de artistas y toreros. El fandango caracolero a él le debe su nombre. Destacó y formó el considerado histórico dúo de Lola Flores y Manolo Caracol.

Inauguraron ‘Los canasteros’, un tablao flamenco por el que pasaron lo mejor de la época. Y la grandísima Lola Flores, apellidada la faraona a la que permítanme una nota personal, local: Ya que siendo el que suscribe concejal teniente de alcalde de Festejos yeclano la contratamos y actuó en el tristemente desaparecido Templete, improvisado escenario del con su ‘sexo-amante’ al catalán Antonio González, ‘El Pescailla’: Cantante, guitarrista y compositor, considerado como uno de los padres de la rumba catalana, con Peret rumbero igualmente catalán.

La tal Lola Flores, demostró sobradamente habilidades para el cante y el baile desde su muy tierna infancia, recorriendo con su arte, bares y tabernas de su Jerez natal, dejando allí huellas de su impronta y poderío.

De ella circulan innumerables anécdotas de todo tipo, sexuales, artísticas, sociales, que no vienen a cuento ni es oportuno ni momento de relatar. Mencionaré solo una, la ocurrida en la boda de su hija Lolita y que ante la aglomeración de asistentes hubo de celebrarse en la sacristía, la temperamental Lola hubo de salir al exterior, en donde pronunció aquella icónica frase: “¡Si me queréis ‘irse’!”.

Ya en 1.939 finalizada la contienda, recorrió teatros con su espectáculo luces de España ganándose la admiración y el cariño que le acompañó de por vida. No se le puede calificar únicamente de bailaora o cantaora, artista y actriz de teatro y cine: peliculera’ de éxito fue, y aún hoy se la recuerda como un icono del flamenco.

Con estos mimbres: El flamenco fue Inscrito en 2010 en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Ahí es ‘ná’.

Sienten y viven la citada melancolía flamenquera, así me comunican los citados sentimientos los fieles seguidores y socios de la Peña Flamenca yeclana. Son los sones del flamenco. Se trata de un arte que sigue muy vivo a día de hoy. El Flamenco es más que un tesoro nacional de España. Es un fenómeno ¡mundial! que inunda corazones porque es el sentimiento y la verdad de un pueblo: El pueblo Español.

Hasta aquí lo que la imaginación y el sentimiento han llenado mi mente. Y es que el flamenco se nos ha adueñado de las noches veraniegas. El próximo cercano 1 de agosto les cerraremos sus deseos. No desesperen que esto sólo ha sido la primera parte.
Emulando a la faraona Lola les pediré: “Si me apreciáis y os ha satisfecho este relato, no se vayáis, ¡quedarse y leerme!”.

No se me vayan, les espero. Les ha informado su relator de confianza, el de siempre: bambinojp. ¡Háganme el favor, sean felices y disfruten. ¡Feliz verano!.

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