Millones de capazos de agradecimiento para Dani Jiménez y ‘Tras el telón’ por comprometerse y por estar más de dos años ensayando
Vamos a ver, qué quieren que yo les diga, justamente ahora, cuando solo quedan dos días para que este sábado 23 “Mamá, quiero ser mayordomo” suba el telón. En el caso de que el telón del Teatro Concha Segura estuviera ya arreglado, porque vaya tela. Y nunca mejor dicho lo de tela porque es justamente lo que sin embargo no le falta al yeclano telón aunque, vaya papelón, porque aun teniendo tela y telón continuamos con un flácido telón que ni sube ni baja, solo lo tenemos de adorno. Increíble pero cierto. (Mejor dejamos para otra ocasión lo de la tela y el telón. Y el papelón que estamos haciendo cada vez que viene a Yecla una compañía para ofrecernos una representación en varios actos).
Siguiendo por dónde íbamos, si es que íbamos a alguna parte, si yo tuviera alguna experiencia, por pequeña que fuera, en estrenar obras teatrales cada tres por dos, que por ahora siguen siendo seis mientras el Gobierno no diga lo contrario o cambie de opinión, les podría aquí y ahora soltar un convincente y conmovedor rollo (o sermón, monserga, matraca, tabarra, alegato, arenga o discurso, como soltó uno que yo me sé durante la inauguración de la escuadra ‘El Paso de la bandera’), basado en emotivas vivencias y experiencias escénicas anteriores. Pero no. “Mamá, quiero ser mayordomo” ha sido la primera comedia que me ha dado por escribir (“Qué cabecica tiene mi Antonio”, como decía mi madre), y por lo tanto, o precisamente por eso, no tengo ni idea ahora de lo que resulta más acertado decir en estas pocas horas que ya faltan tanto para que asistamos al estreno este sábado, como para que llegue el viernes 13 de diciembre, dos días por cierto antes de la Subida de este año, en el que “Mamá, quiero ser mayordomo” se representará por segunda vez (y esperemos que no sea la última), a beneficio de las arcas de AFEMY, la asociación en torno a la salud mental del Altiplano. Por fin. Todo llega en esta vida. Ahora hace cuatro años que andaba yo rebanándome los sesos para que pasáramos un rato olvidándonos de problemas y preocupaciones entre carcajadas y disparates.
Como se suele decir en estos casos en los que uno no sabe lo que decir, lo mejor será que juzguen por ustedes mismos ya que yo soy el padre de la criatura y ya sabemos todos los que tenemos hijos (e hijas, que si no digo hijas, mi hija me atiza un cariñoso e inclusivo capón), siempre los y las miramos con buenos ojos aunque en el momento del parto demos a luz a un OVNI, o sea, un Objeto Viviente No Identificado. Ser padre es una maravillosa aventura. Y por supuesto quiero expresar de nuevo millones y millones de capazos de agradecimiento hacia Dani Jiménez y todos y cada uno de los integrantes de la compañía teatral ‘Tras el telón’ por haberse comprometido con tanto entusiasmo a representar “Mamá, quiero ser mayordomo”. Más de dos años llevan ensayando y memorizando para que la risas no paren ni un solo segundo. Reírnos sin parar fue la única intención que me llevó a escribir esta obra en aquellos funestos tiempos de pandemia. Ya me dirán ustedes si lo he conseguido o no. Y espero que no sean muy duros conmigo.
