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domingo, 19 enero, 2025
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CRÓNICAS YECLANAS: Trabajar mucho menos para vivir mucho mejor

En el mismo paquete de reformas laborales que se aumente el número de festivos locales para acabar con el inaceptable agravio comparativo entre fiestas yeclanas

Antonio M. Quintanilla

Por la trascendencia que supone para nuestras sacrificadas vidas, hoy haré una excepción dejando de lado temas locales para centrarme en un asunto de preocupante enjundia nacional (aunque también atañe muy directamente a Yecla y los yeclanos). Quiero mostrar públicamente sin ambages ni circunloquios mi pleno apoyo, pero a la vez mi más rotunda disconformidad, a la propuesta gubernamental de reducir la jornada laboral. Me explico o explicome: mi máximo apoyo porque ya era hora de que los mandamases políticos se dieran cuenta de que los ciudadanos que contribuimos con sangre, sudor y lágrimas al mantenimiento de nuestro estado del bienestar venimos trabajando hasta la extenuación, bajo el yugo opresor de las actuales y negreras condiciones laborales que nos exprimen cual esclavos pisoteando nuestra condición inalienable de seres más o menos humanos. Pero al mismo tiempo y con la misma contundencia deseo expresar mi más firme decepción porque el Gobierno se queda muy corto en su pretensión de recortar la jornada laboral a 37 horas y media semanales.

Tenemos que conseguir que solo trabajemos tres horas al día, de las cuales nos descontarán la media hora del almuerzo (si almorzamos gachasmigas en lugar de bocadillo serán tres cuartos de hora menos), 15 minutos de cortesía por si llegamos tarde y otros 15 minutos para fumar porque, como dice el refrán, en todos los trabajos se fuma. Y, por supuesto, semana laboral de lunes a jueves, porque eso de currar los viernes es de países tercermundistas y porque así podremos disfrutar los puentes de miércoles a lunes. Queremos entera libertad para organizar nuestra conciliación optando, sin coacción alguna, entre echar jornada continua o jornada partida; trabajar de un tirón provoca un irreparable trastorno cognitivo, emocional y sexualmente inapropiado que desemboca en un notable empeoramiento de las relaciones con compañeros, familiares directos y adosados. Y nada de recortar los días libres, días de asuntos propios y de libre disposición, días compensatorios, días de convenio, domingos y fiestas de guardar porque son derechos que hemos adquirido tras décadas de lucha y confrontación.

Y después de las vacaciones, que ahora serán de dos meses porque en verano no hay quien viva de tanto calor, exigimos tres días de desconexión laboral ya que es inhumano regresar al tajo sin haber descansado lo suficiente como para rendir al máximo en plenas facultades físicas y psíquicas. Y ya que estamos en plena euforia reivindicativa por nuestros derechos más elementales, pedimos que en el mismo paquete de reformas aumenten los festivos locales para acabar con el inaceptable agravio comparativo de que solo tengamos dos festivos locales en la Feria y en la Virgen y se queden a dos velas San Antón, San Blas, San Marcos, San Isidro, Santa Cecilia, Santa Bárbara y San Roque. Y sobre todo San Pancracio: más salud y menos trabajo. Y lo más importante: exigimos una revisión salarial al alza cada tres meses. Es de cajón: para trabajar mucho menos y vivir mucho mejor hay que cobrar bastante más. ¿De acuerdo en todo? ¿Verdad que sí? ¿Dónde hay que firmar?

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