Cada vez que viene surgiendo una polémica en Yecla, al igual que imaginamos que ocurrirá en todas partes, las redes sociales en lugar de contribuir a la reflexión haciendo un llamamiento a la moderación, se transforman en un vertedero de barbaridades, mentiras y descarnados insultos al que por igual echan leña al fuego sujetos anónimos, a los que precisamente por esconder maliciosamente su identidad hay que ignorar siempre, como otros con nombres y apellidos que, creyéndose cargados de razón, o tal vez buscando un efímero protagonismo, de manera barriobajera e insultante se posicionan a uno u otro lado aprovechando la confusión y el malestar.
La postura más sensata actualmente creemos que es alentar a que las dos entidades enfrentadas resuelvan cuanto antes todas las trabas para que esta enquistada polémica concluya. Por eso, cuanto menos contribuyamos a encrespar y envenenar el ambiente, más próximos estaremos de que se plasme un acercamiento que ponga punto y final a esta polémica que nunca debió salir de lo estrictamente confidencial. Pensar y actuar de otra manera es obstaculizar que las aguas vuelvan a su cauce. Porque nadie dude que antes o después se llegará a un acuerdo. Como se suele decir, ambas partes, AMPY y AYNAT, AYNAT y AMPY están condenados a entenderse. O dicho de otra manera: solo hay una salida que es alcanzar un acuerdo.