Muchas otras familias te hubieran acogido con los brazos abiertos pero hemos tenido la gran suerte de que tú nos has elegido a nosotros
Antonio M. Quintanilla
Mi querida nieta Mar. En esta primera ocasión que tengo de hablar contigo quiero empezar dándote las gracias por haber elegido a nuestra familia para nacer. Desde que te vi por vez primera me paso horas y horas hablando contigo convencido de que estás entendiendo todo lo que te digo de pe a pa. Mi querida nieta Mar, te estamos inmensamente agradecidos. Si no llegas a venir a esta familia nunca hubiéramos disfrutado de esta inmensa suerte de haberte conocido. Eres única, no te quepa la menor duda. Tus padres te han concebido a conciencia, sabiendo lo que hacían. Mi querida nieta Mar. No me canso de pronunciar tu nombre. Hay muchas más familias de las que te puedas imaginar que igualmente te hubieran acogido con los brazos abiertos, pero tú te has empeñado en formar parte de esta familia y no has parado hasta conseguirlo. Cómo se nota que has heredado el temperamento de tu madre y el carácter de tu padre y por eso, al igual que ellos, lograrás todo lo que te propongas. Y si no al tiempo, porque ahora mismo tienes todo el tiempo del mundo por delante para hacer todos los planes de futuro que te pasen por la cabeza. No tengas ninguna prisa porque todo llegará y ya sabes que aquí estamos tu abuela Maite y yo para todo lo que necesites. Nunca nos vamos a mover de tu lado. Es nuestra manera de agradecerte que nos hayas hecho tan felices.
Llevamos mucho más de nueve meses deseando conocerte y de verdad que has superado todas las expectativas. Desde el primer día te habrás dado cuenta de la cara de felicidad que se nos pone cada vez que te miramos. Y no lo disimulamos porque queremos que se nos note, y mucho, que somos la única familia que vamos a tener la inmensa dicha de tenerte en este mundo. En este mundo que, como dice la canción, desde que estás en nuestros brazos parece más amable, más humano, menos raro. Aunque tengo que aclararte que cuando hablo de tu familia me refiero a que en realidad has llegado a la vez a tres familias que, sin tu saberlo, hoy están como locas de contentas: la familia que han formado tu papá y tu mamá y las dos familias de tus abuelos. Si no hubiera sido por estas tres familias tú hoy no estarías aquí. Qué lío, ¿verdad? Ya lo entenderás cuando seas mayor.
Para que te hagas una idea de todas las personas que ya tienes a tu alrededor dando saltos de alegría desde que entraste por la puerta diciendo “hola, soy Mar, ya estoy aquí”. E incluso antes de nacer ya estábamos muy pendientes de que no te faltara absolutamente de nada. Te aseguro, y créeme porque yo solo miento lo justo y necesario cuando no me queda otra escapatoria, que no quiero ni imaginarme lo que sería ahora de nosotros si llegas a nacer en otra casa, con otros padres, otros abuelos, otros tíos, otros primos. Mejor no pensarlo. Y es que vistas desde fuera todas las familias te pueden parecen iguales pero conforme vayas creciendo irás comprendiendo que de puertas para adentro somos muy diferentes. Verás qué suerte más grande has tenido de nacer en esta familia. Esperamos no defraudarte. Nunca vas a encontrar a nadie que te quiera más que nosotros. Mi querida nieta Mar.