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domingo, 9 marzo, 2025
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Charlatanes

Juan Muñoz Gil

Fue por la década de 1950 del pasado siglo cuando, debido a las carencias soportadas en la posguerra tras nuestra Guerra Civil, aparecieron por Yecla en los días de mercado numerosos vendedores ofertando múltiples complementos del hogar, todos tan necesarios para la mayoría de las familias ya que durante los años de contienda y siguientes la carencia generalizada llegó a situaciones lamentables. El escaso dinero que se conseguía en trabajos mal remunerados se destinaba solo para malcomer; sin embargo, poco a poco la vida fue evolucionando y ya algunas familias empezaban a poder comprar artículos eficientes con los que afrontar las necesidades más perentorias. Y fue la aparición de estos vendedores, con una capacidad extraordinaria para persuadir, quienes lograron con una maestría sin precedentes, vender sus artículos, generalmente de baja calidad pero de una utilidad imperiosa al conformar un fin, entre otros, como era generar calor a cuerpos desnutridos con esas mantas de tejidos grofados, de borra y lanas de oveja marrón.

Este mismo año se ha celebrado el 40 concurso anual de charlatanes en Orihuela como un acto festivo anexo a una celebración local, concretamente San Antón, donde se sigue haciendo alarde de esa cualidad de oratoria de la que algunos vendedores todavía en activo exhiben su destreza. Primero, sabían atraer a la gente regalando objetos insignificantes pero de actualidad, como bolígrafos que ya empezaban a aparecer por esos años, coloridos pañuelos y cualquier otra insignificancia suficiente para aglutinar al personal ante el estrado montado en la parte trasera de una camioneta asemejando un escenario teatral.
Esos charlatanes prodigados por aquellas épocas de penurias, obligados a motivar a unas gentes a gastar el poco dinero del que podían disponer en esos años de carencia absoluta, lograban que se desprendiesen de sus escuálidos ahorros en la compra de un lote de mantas de una calidad ínfima, pero lo cierto es que las mercaderías ofertadas acababan haciendo su papel durante unos inviernos mucho mas crudos que los vividos hoy día, consiguiendo vender todo el género transportado en sus camionetas y quedando los profanos asistentes boquiabiertos y prendados ante la facilidad de seducción de aquellos hábiles vendedores.

Hoy día no es solamente durante el concurso celebrado en la vecina ciudad alicantina donde se recuerdan a estos activos charlatanes, también ocurre en el ritmo acompasado afroamericano o Rap alejándose cada vez más de la poesía normativa. Pero con más énfasis persisten en radio y televisión tertulianas o tertulianos vendiendo sus medias verdades que solamente a ellos les sustentan con la reiteración de alegatos incuestionables y tozudos en pro de quien les emplea, aunque no menos está presente esa verborrea charlatana en el mundo de la política, y aun sabiendo una mayoría que mienten como cosacos, dicha camarilla de estadistas gubernativos consiguen, argumentando de tal manera su palabrería, convencer al indiferente ciudadano haciéndole ver que lo blanco sea negro y los azules colorados, y para más inri además se les exalta y reverencia.

El vocablo “charlatán” en el diccionario de la R.A.E. se enumera como embaucador, estafador y vendedor ambulante. Esta última definición puede ser muy honrosa, pero tras realizar la venta de un producto y desaparecer totalmente de la escena del trato sin que exista posibilidad de reclamación alguna, sin duda quedará el comprador expuesto al engaño. Así también un político llega a ofrecer el oro y el moro, pero antes o después se quita de en medio sin que se le pueda reclamar absolutamente nada referente al incumplimiento de sus promesas electorales, endeudamientos improcedentes, o donaciones y prebendas de pacotillas, al acabar desapareciendo de la vida pública, eso sí, con una retribución garantizada de por vida.

El modismo popular “aquí paz y allá gloria”, se asume con respecto a la actividad pública que acaba repitiéndose con nuevas caras y perpetuándose en un más de lo mismo, como así ha ocurrido desde siempre. Hay políticos actualmente que de presentarse al concurso de charlatanes el próximo año en Orihuela, seguro que obtendrían puestos relevantes desbancando a los que dieron nombre a esa peculiar actividad.

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