Hay que detener el constante trapicheo de camellos que campan a sus anchas por nuestras calles. Si de verdad hay vecinos que se dedican al expolio deben ser castigados y sacados a la luz de una vez
Perpleja anda la opinión pública yeclana tras haber dado la Policía Nacional y Local con una considerable plantación de marihuana en un chalet de la ciudad en donde a la vez se ha descubierto un importante alijo de piezas arqueológicas, presuntamente expoliadas al patrimonio histórico. En cuanto al cultivo ilegal de cannabis, la ley debe aplicarse de forma contundente a la hora de juzgar a los responsables, máxime teniendo en cuenta la gravedad que en Yecla supone el consumo de esta droga que con tanta facilidad se pone hoy al alcance de nuestros adolescentes. Son demasiadas, cada vez más, las familias de Yecla que están padeciendo el deterioro enfermizo de sus hijos ante el constante mercadeo de jóvenes (y no tan jóvenes) de marihuana y otras drogas, y la impunidad con la que trapichean los camellos por nuestras calles. Hay que cortar de cuajo ese tráfico. En cuanto al supuesto expolio del patrimonio arqueológico local, este suceso tiene que contemplarse como el punto de inflexión a partir del cual se aclaren de una vez los rumores que desde hace muchos años circulan por Yecla. Si de verdad hay vecinos que se dedican al expolio deben ser castigados y sacados a la luz con la misma contundencia.