Paco Azorín- Director teatral y escenógrafo
¿Qué supone para usted ser el encargado de inaugurar el Festival de Teatro Romano de Mérida este próximo verano con su ópera “Sansón y Dalila”?
Supone una grandísima responsabilidad porque es el mayor referente en Europa en este tipo de teatro, aunque en realidad esta es la segunda vez que lo inauguro. En 2014 tuve ese privilegio por primera vez con la ópera “Salomé” y desde entonces no ha vuelto a haber ópera en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida. Así que ahora me toca luchar con mi propio recuerdo, pero estoy tan ocupado trabajando que no puedo permitirme pararme a pensar en los nervios.
¿Qué es «Sansón y Dalila» y qué podrán encontrar los espectadores que viajen a Extremadura este mes de junio?
Va a ser un espectáculo grandioso. Contaremos con tres funciones, los días 27, 29 y 30 de junio, la música en directo de la Orquesta de Extremadura y el Coro de Cámara de Extremadura y la presencia en escena de más de 400 personas de asociaciones como Plena Inclusión, ADABA, ONCE, Secretaría del Pueblo Gitano, Down Extremadura, FEDER, COCEMFE, APNABA, FEXAS… Vamos a tener más de 500 personas en escena, lo que es todo un reto. Se trata de una ópera participativa e inclusiva para que personas de todos estos colectivos puedan sentirse integrados, haciendo el papel del Coro de Israel, que tanta importancia tiene en la historia de Sansón y Dalila. Este montaje es algo que nos estamos planteando tanto yo como mi equipo como un equivalente a la inauguración de unos Juegos Olímpicos y es uno de los proyectos más emocionantes que he dirigido en toda mi carrera . Siempre he querido que todo el mundo pueda acceder a la ópera, que no es algo elitista ni debe serlo
¿Es este el montaje más ambicioso que ha dirigido en cuanto a número de personas involucradas? Imaginamos que la complejidad técnica será bastante importante…
Sin lugar a dudas. En cuanto a número de personas en escena es la obra más ambiciosa que he dirigido nunca. Pero además hay que trabajar con chicos con síndrome de Down, con personas sordomudas, con problemas de movilidad… Todo en “Sansón y Dalila” es un reto y va a ser impresionante ver a tantas personas sobre el escenario del Teatro Romano de Mérida. Pero además, contamos con los mejores nombres del mundo lírico. Empezando por la maravillosa María José Montiel (a quien ya dirigí en “María Moliner” y a cantantes españoles tan buenos como Alejandro Roy, Simón Orfila o Damián del Castillo.
También debe ser una ópera muy costosa…
Mucho. Representar ópera es carísimo. El Gobierno de Extremadura ha sido determinante para que “Sansón y Dalila” se pueda hacer, pero estoy trabajando para que cada años pueda verse ópera en Mérida.
En cuanto a esta ópera, es una coproducción del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida y del Teatro de la Maestranza de Sevilla. La obra se podrá ver en la capital hispalense en noviembre.
Sigue usted trabajando en el mundo de la ópera… ¿Sus próximos pasos profesionales seguirán por ese camino o regresa al teatro más tradicional?
No dejo el teatro, de hecho pronto voy a hacer “El jardín de los cerezos”, con Carmen Machi, pero la ópera es mi gran pasión. Voy a dirigir el próximo mes una ópera de cámara, después voy al Liceo de Barcelona a hacer “Tosca” y más tarde haré la producción de “La traviata” en el Festival de Perelada. Lo cierto es que voy a estar bastante ocupado lo que queda de 2019…
¿Tan ocupado que no podrá venir a las Fiestas de San Isidro de Yecla, de las que usted fue pregonero?
Lamentablemente me las perderé este año porque estaré repartido entre Mérida, Madrid y Barcelona… Me tocará reencontrarme con mis paisanos en el mes de agosto, puesto que pienso ir a descansar unos días.