«Agradezco a todos las muestras de cariño y el apoyo que he recibido»

Es algo que se piensa todos los años cuando entras con la Virgen por el Atrio y más aún cuando lo haces acompañado de tus hijos. Quizá la primera vez fue hace exactamente 41 años cuando mi tío Antonio, que falleció hace dos meses y que estará en un lugar de privilegio este año, fue Mayordomo y mis ojos se iluminaban al verle jugar la Bandera, y se reafirmó al año siguiente, hace 40 años cuando mi padre, Luis Pascual, fue Mayordomo del Bastón y mi hermano Emilio y yo los Pajes. A partir de entonces quise parecerme a mi padre y a su compañero Pepe Llorens, Mayordomo de la Bandera, e imitarles en ese momento que imaginaba mágico viendo sus caras.

¿Por qué ahora? Lo intenté hace unos años por la ilusión de mis hijos y no pudo ser, la excusa este año era hacerlo por mí, aunque lo cierto es que era mi última oportunidad teniendo en cuenta la edad del Paje ya que está en el límite de lo permitido según las Ordenanzas.

Los sentimientos son muy difíciles de explicar pero fue algo así como una mezcla de sensaciones de alegría, miedo, responsabilidad, respeto a las tradiciones, y sobre todo, vértigo hacia algo que no conoces, no has vivido pero que has soñado muchas veces.

Realmente de las Fiestas no espero nada, quizá el apoyo de la gente en las calles y en la participación, pero sí confío en que, al igual que desde hace muchísimos años, todos los que participen en ellas cumplan con lo que las Ordenanzas dicen y supongan una continuidad para que lleguen a las próximas generaciones como nos las transmitieron a nosotros. Que yo pueda aportar mi ilusión y mi esfuerzo a ello y que nuestra Virgen, la Inmaculada Concepción, derrame su Amor y su protección sobre todos los yeclanos.