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Sábado, 8 de Diciembre de 2012. A las seis de la tarde se inicia la solemne Procesión de la Virgen del Castillo partiendo de la Basílica en dirección hacia San Cayetano. Todas las Escuadras abren paso a la Patrona de Yecla con el estruendo de sus arcabuces. El público se agolpa en aceras, portales y balcones participando de este momento único para los yeclanos. El incesante resonar de los arcabuces, los ¡vivas! espontáneos a la Patrona, el inconfundible aroma de la pólvora (que para los yeclanos huele a flores), y el entusiasmo de los Mayordomos resultan, como destaca el Programa de Fiestas, “tan intensas para el espectador que incluso llegan a arrancar lágrimas de emoción a cientos de devotos”… Quien no ha presenciado la llegada de la Virgen a la Basílica desde el interior de un arca cerrada no podrá nunca imaginarse la exultante emoción que viven los yeclanos cuando su Patrona alcanza el atrio. De rodillas el Mayordomo de la Bandera ‘juega» la Insignia sin dejar de mirar a su Patrona. El humo de los arcabuces se convierte en una densa niebla iluminada por el destello de los disparos. La multitud vibra y se agolpa bajo la imagen y a su alrededor. Solo volverá la calma cuando la Virgen descanse en el altar mayor
2012-12-12 19:44:00
