Los iconos, de dos por dos metros, son de pasajes del Antiguo Testamento. Por: Martín Azorín Cantó
Seis grandes iconos, de dos por dos metros, obras de Alfonso Muñoz Martínez, se ubicarán en la Iglesia de San Francisco Javier, en Los Barreros (Cartagena).
Las obras, de una inefable delicadeza, sugerentes, representan pasajes del Antiguo Testamento: "El sacrificio de Isaac", "Judit", "Sansón", "Esther", "Moisés cruzando el Mar Rojo" y "Elías en el carro de fuego".
Las obras, que cubrirán un lateral de la iglesia, están realizadas en óleo sobre paneles de PVC.
En esta misma iglesia, Alfonso Muñoz decoró el altar mayor con dos pinturas y dos esculturas. Las pinturas, de dos por dos metros aproximadamente, representan al Señor Resucitado que desciende a los infiernos y a un pasaje de Pentecostés. Las tallas, un San Juan y una Virgen, acompañan a un Cristo crucificado, obra anterior de otro artista.
La inauguración de esta segunda fase pictórica está prevista para la Pascua de Resurrección del presente año.
En Cartagena también hay obras religiosas de Alfonso Muñoz en otras dos iglesias: en el salón de una comunidad neocatecumenal, en la parroquia de San Antón, y sendas tallas de una Natividad y una Crucifixión, en la parroquia de San Fulgencio.
Por otra parte, y dentro de su temática religiosa, destaca un óleo del Corazón de Jesús, de 70 x 90 cm., pintado recientemente para las Monjas de la Encarnación de Ávila, obsequio del artista.
La obra religiosa de Alfonso se puede contemplar en 22 iglesias, situadas en las provincias de Murcia, Alicante y Madrid. En la provincia de Madrid decoró una iglesia en Canencia de la Sierra, dedicada a la advocación de la Virgen del Castillo, e inaugurada por monseñor Rouco Varela. En Yecla, su principal obra religiosa se encuentra en la parroquia de San Juan.
También, durante el mes de diciembre, la labor pictórica de Muñoz Martínez fue ingente. Una obra suya fue portada de la revista número 55 de "El Taurino", y con dibujos suyos y de otros artistas se ilustraron la mencionada revista, que edita la Peña Taurina Yeclana, y la "Crónica de un año", que publica la Asociación de Mayordomos.
Alfonso trabaja, con mimo, con delectación, en su taller del labrantío. Sus pinceladas -constructivas, precisas, recias, sobrias-, de un rico cromatismo, crean una atmósfera idílica. De cuando en cuando, golpea la maza sobre la gubia y aflora el alma de las cosas.
En el taller, ubicado en la llanura profunda, en el simpático paraje del "Lentiscar", se funde el aroma de las plantas con el olor permanente, penetrante, delicioso de la madera, de los aceites, barnices y pinturas. En el taller del artista, habilitado en las antiguas cuadras de un caserón tradicional, que ha sido transformado en una confortable vivienda, se agrupan lienzos de temática variada, trípticos tallados en noble madera, relieves de pasajes bíblicos y esculturas de santos de espiritualidad franciscana, de vírgenes amables y de crucificados exangües y redentores.
Llaman la atención las esculturas de geometría racional y movimiento exquisito, que tienden a la abstracción; y, sobre todo, la temática pictórica, variada, con paisajes -urbanos y rurales-, bodegones, marinas, flores captadas del natural, una colección de obras taurinas, escenas religiosas y varios retratos de campesinos, de rasgos psicológicos.