Es la cara más visible del colegio ‘La Inmaculada’. Francisco Morales, un año más, ha preparado las jornadas de puertas abiertas para dar a conocer su centro educativo a las familias que buscan plaza para sus hijos. Y ni siquiera una pandemia lo va a detener
¿Cómo van a ser las jornadas de puertas abiertas en el colegio ‘La Inmaculada’ en un año tan complicado como este?
Es cierto que es un año muy extraño porque parece que todo es virtual y que la presencialidad es algo peligroso. Pero no es así. Nosotros hemos establecido un teléfono y un número de Whatsapp para que las familias pidan cita previa y puedan venir por las tardes a ver el colegio, sin correr ningún riesgo en absoluto. Hemos establecido varios turnos de una cada tarde desde ahora hasta el 18 de marzo.
Las familias que deseen venir estarán acompañadas en todo momento en su visita a las instalaciones por una profesora de Infantil y por mí mismo como director. Pero además, tenemos un tour virtual para que la gente pueda recorrer cómodamente todo el centro educativo, desde el ordenador o el teléfono móvil y a cualquier hora. De momento las visitas han comenzado bien y ya han venido algunas familias, tanto del centro, como de otros barrios e incluso matrimonios que viven en el campo.
¿Cuáles son las ventajas que puede usted destacar del colegio ‘La Inmaculada’ que le hacen atractivo para que las familias busquen plaza allí para sus hijos?
Primero. Es un centro integrado, el alumno pasa aquí las tres etapas (Infantil, Primaria y Secundaria). Segundo. La formación en valores es tan importante como la educación en conocimientos. Fomentamos aspectos como el respeto a los demás, la responsabilidad y la solidaridad.
No sólo trabajamos con los niños, sino también con las familias. Además, nuestra oferta de actividades extraescolares es también realmente atractiva. Somos un centro bilingüe y además la enseñanza es bastante personalizada. Llevamos a cabo una labor de acompañamiento y seguimiento de la evolución de los alumnos para detectar sus capacidades. También nos distinguimos por el apoyo a los alumnos con necesidades educativas especiales. Además, somos un centro católico que no impone nada, pero hace una propuesta de fe.
¿Cómo han logrado blindar el colegio frente a la pandemia? ¿Cómo se han adaptado a los protocolos sanitarios?
En primer lugar, la Consejería de Educación del Gobierno regional ha establecido un plan de contingencia que estamos siguiendo de manera exhaustiva. Además, a diario se toma la temperatura a los niños, uno por uno. Tenemos gel hidroalcohólico, se respetan las distancias de seguridad y cada aula forma un grupo burbuja. Es decir, un núcleo de convivencia estable que permite que los alumnos no puedan estar en contacto con otros niños del centro.
La ventilación también es importante. Obviamente, a lo largo de todo este largo año de pandemia hemos tenido alumnos que se han contagiado y también profesores. Pero esos contagios no se han producido en las aulas sino en el ámbito privado y no hemos tenido que confinar a ninguna clase al completo en todo este tiempo como sí ha ocurrido en muchos centros. Las familias pueden estar tranquilas.
Antes mencionaba como uno de sus puntos fuertes las actividades extraescolares… ¿Puede compartir con los lectores en qué consisten las más destacadas?
Por supuesto. Este año se ha reducido un poco por la pandemia pero sigue siendo muy completo. La parte de idiomas es fundamental en el colegio ‘La Inmaculada’. Preparamos a los niños para el examen de Cambridge que pueden hacer en nuestro propio centro. Como colegio de una gran tradición musical, tenemos clases de piano, ukelele, guitarra y violín. También es destacable el apartado tecnológico, robótica, construcción con legos. Y también tenemos teatro, ajedrez y muchos deportes.
Todo esto ofrece a los padres una alternativa atractiva para ayudarles a conciliar. Este curso, por la pandemia, estamos con jornada continua, pero volveremos a la jornada partida cuando la situación sanitaria lo permita porque es lo mejor para las familias. Y no puedo dejar de destacar que tenemos servicio de comedor.
No podemos olvidar la labor social que desarrollan ustedes…¿En qué acciones concretas se materializa esta función que ejercen también durante todo el curso?
Somos un centro muy discreto en este sentido, pero puedo decir que colaboramos con Cáritas de forma ininterrumpida todo el año. Tanto en recogida de alimentos, ropa, juguetes…Además, tenemos a niños de Marruecos apadrinados a los que ayudamos para que puedan salir adelante y tengan un mejor bienestar. Por supuesto, secundamos todas las campañas de la Iglesia y, ya internamente, echamos una mano a las familias del colegio que peor lo están pasando. Hay algunas familias pudientes de Yecla cuyos hijos vienen a ‘La Inmaculada’ que están echando una mano a otros papás y mamás menos afortunados. Y es justo destacarlo.
Finalmente, sabemos que están desarrollando varios proyectos interesantes con algunas Universidades…
Así es. Con la Universidad de Murcia estamos trabajando en las relaciones de violencia, sobre todo en las parejas de adolescentes. Con la Universidad Complutense de Madrid abordaremos el proyecto “Conozco mi ciudad”, para conocer qué imagen tienen los niños de su localidad. Y finalmente con la UCAM estamos abordando el emprendimiento y las posibilidades del mismo para jóvenes científicos. Todos ellos son de gran interés y estamos ilusionados de poder llevar a cabo un trabajo conjunto con estas Universidades tan prestigiosas de nuestro país.