Este descenso no puede echar por tierra el trabajo de la Junta Directiva, cuerpo técnico y jugadores
El pasado domingo caía el telón en la Segunda División B con el desenlace ya conocido, desde el fin de semana anterior, del descenso del conjunto azulgrana a la Tercera RFEF. Ha sido una temporada muy dura, y no solo en el apartado futbolístico. La pandemia que sufrimos desde hace más de un año también ha tenido su repercusión en el mundo del deporte. Una mala primera fase ha condenado al primer equipo de nuestra ciudad a un descenso que nadie esperaba al iniciarse el curso.
La reacción de casta en la etapa definitiva no ha sido suficiente para conseguir el objetivo. Este descenso no puede echar por tierra el trabajo de Pedro Romero y su minúscula Junta Directiva, de Sandroni y su cuerpo técnico y de la plantilla de jugadores. Porque en las últimas temporadas han dado tardes de gloria a sus seguidores y se ha creado una comunión entre el equipo y la afición que debe continuar la próxima temporada. Un vínculo que se plasmó de manera rotunda con la despedida que la Curva Bar tributó al Yeclano Deportivo al finalizar el último encuentro en La Constitución frente al Marino tinerfeño. ¡Gracias a todos!