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domingo, 24 noviembre, 2024
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Boligrafías de Chema Mora, en la Casa Municipal de Cultura

>La exposición, coordinada por Liborio Ruiz Molina, permanecerá abierta al público hasta el domingo 19 de junio

MARTIN AZORÍN CANTÓ

La obra "Miradazul", de Chema Mora, expuesta en la sala de la Casa Municipal de Cultura, ha impactado. Desde la inauguración, acaecida el 19 de mayo, cientos de personas han vitado la muestra. Y se han detenido -sin prisa, con interés, con delectación- junto a cada una de las boligrafías hiperrealistas. La temática -el retrato-, atractiva y sugerente, y la técnica -bolígrafo azul sobre papel- han acaparado la atención. El artista, autodidacta, que expone dibujos por primera vez, se ha centrado en el realismo y en la psicología de los personajes.
El tiempo, indeleble, que deja una huella profunda en la rosa que se marchita, en el sillar de un templo vetusto, en las mejillas de una mujer hermosa que sufre el paso de las estaciones…, se ha detenido en las boligrafías de Chema Mora. Sus retratos captan un momento fugaz y peregrino, que deja una impronta imborrable, eterna.
Los retratos de Chema tienen alma. En ellos se palpa la deliciosa melancolía de la erosión del tiempo: en las arrugas de la cara, en los surcos, en las cicatrices. Captan la inefable belleza de los detalles: los reflejos de la luz, la trasparencia del cristal, la sutileza del cabello, la flexibilidad de los tejidos, la riqueza de tonos de un azul que fluye hacia un apacible morado…
La obra de Chema Mora se basa en el conocimiento del dibujo: ágil, preciso, sólido; un dibujo que encuentra, siempre, la psicología de las personas mayores, que han vivido mucho y expresan emociones, sentimientos, paz, sosiego… A veces, el espectador observa la viveza de un rostro apergaminado e intenta penetrar en el fondo de sus ojos insondables. Los ojos hablan, con una lírica callada: una mujer, de ojos bondadosos, esboza una sonrisa dulce, reposada; un hombre, con los ojos entornados, mira ensimismado; un señor afable, proyecta su mirada, profunda, inquieta. También las manos pregonan un mensaje claro, conciso: el paso del tiempo.
Chema se adentra en un detallismo sublime cuando amplia y se centra en unos ojos parlantes.
Entre los retratos, se muestran, entre otros, el de Miguel Ortuño Palao, académico y Cronista Oficial de Yecla; el de Manuel Maruenda Albero, maestro y director de una escuela de dibujo, fallecido; el de José Puche Forte, escritor, y el de Tomás Martínez, pintor.
La exposición, coordinada por Liborio Ruiz Molina, se ha difundido con un lujoso programa, en color, que contiene fotografías de obras y unas letras del autor de la muestra, un escrito de Julián Mestre y un poema de Francisco Díaz Ansón.
La muestra permanecerá abierta al público hasta el 19 de junio.

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