El joven yeclano, nombrado diácono hace sólo un año, espera conocer a qué parroquia será asignado
El joven yeclano Jaime Palao ya es sacerdote. Este domingo vivió el tan emocionante momento de la ordenación en la catedral de Murcia, acompañado por sus padres y seres queridos. Se trató de una ordenación conjunta oficiada por el obispo de Cartagena, José Manuel Lorca Planes. Además de Jaime fueron designados sacerdotes Daniel Aparicio, Pablo García y José Fulgencio Aguilar, del Seminario San Fulgencio; y Miguel Ángel Sanchíz y Álvaro José Maury, del Seminario Redemptoris Mater. Todavía desconoce a qué parroquia será asignado pero aceptará de buen gusto «cualquier destino para ejercer esta labor para la que me he preparado tanto tiempo».
Jaime Palao, el diácono más joven de los seis, con 24 años, asegura que en su caso la llamada se hizo fuerte a raíz de involucrarse en la parroquia de La Purísima. «Pasé de vivir mi fe en solitario a hacerlo en comunidad, y vi que había mucha gente de mi edad que también iba a la parroquia. Me ayudó ver que otros daban un paso adelante».
Tras unos ejercicios espirituales y conversaciones con seminaristas, que le ayudaron a superar sus miedos de compartir con su familia y amigos «esa llamada que sentía», aceptó, con 18 años, la invitación para ingresar en el seminario. «Fue un tiempo para desprenderme de muchas cosas y de muchas personas para que yo solo, delante del Señor, pudiera decirle que sí», recuerda.
Jaime Palao fue ordenado diácono el 25 de julio del 2020, es decir, hace menos de un año. Desde entonces, ha ejercido su ministerio diaconal en la parroquia de San Juan Bautista de Archena, en donde se ha sentido acogido y acompañado.
“Me han acogido fenomenal y me han ayudado muchísimo. La gente te enseña mucho. Tengo que destacar el cariño y las enseñanzas del párroco y del coadjutor, con quienes he vivido una comunión riquísima. Ha sido un tiempo precioso, porque esos primeros pasos siempre dan un poco de miedo; una cosa es saberte la teoría y otra distinta es ponerte delante de una parroquia, ponerte a servir, a ayudar a la gente, dar una palabra”.
Asegura que este tiempo lo está viviendo con ilusión y consciente de que, a pesar de la actual situación social, es un momento especial: “hemos tenido la gracia de ordenarnos en un momento único; nadie se esperaba que nuestras ordenaciones fueran en este contexto pero ha sido un día grande”.