Recaredo Gutiérrez Jiménez
No he podido resistir la tentación de hacer referencia, de forma humilde, al artículo titulado EL PERDÓN escrito por Cristina Martínez Martí, Licenciada en Filosofía y Letras en la Universidad de Murcia. Me ha llamado la atención porque el Sistema Educativo en nuestro país- como muy bien dice la autora, desprestigia a los 580 millones de castellanoparlantes en el mundo a los que se debe mucho respeto. fundamentalmente por lo que ha representado en la Historia del Mundo la importancia, por su riqueza de matices, llevado a lo largo de los países hispanos.
No deseo ponerme en los extremos, pero tampoco debemos permitir que nos ninguneen , sobre todo en nuestro propio país, por quienes – como muy bien dice Cristina Martínez- desean destruir la unificación del pueblo español.
He tenido la suerte de estar en las aulas durante más de 40 años dedicado a la enseñanza de la asignatura de Química, no obstante, a ningún alumno le he admitido un examen con faltas de ortografía, circunstancia que advertía antes de comenzar la prueba en los, cursos de COU y Selectividad. En cierta ocasión. al entregar el ejercicio escrito una de las alumnas, a los 5 minutos, se lo devolví, tachado en cruz todo el trabajo, Asombrada me preguntó, toda ofendida, cuál era el motivo de tal falta de respeto por mi parte, a lo que muy tranquilamente le respondí; Porque no soy un analfabeto que aguante tres faltas de ortografía en los cuatro primeros renglones de su trabajo. Está usted en el Curso de Selectividad, y mientras no aprenda a escribir correctamente, tendrá que repetir el curso de preparación. Ya se pueden imaginar, queridos lectores, los problemas que tuve con los papás. La frase menos insultante fue la de incompetente. Pero seguí a mis trece.
Viví y experimenté también el periodo en el que la Nueva Ley de Ordenación del nuevo Plan de Enseñanza, si mal no recuerdo en la década de los 90, en la que se daba libre decisión a los papás para que el alumno pudiese pasar de curso simplemente por la edad, no por los conocimientos, fue el escándalo mayor producido en los centros de Enseñanza, y los resultados de los fracasos en los posteriores cursos fueron evidentes, pero nadie rectificó y así salieron de preparados nuestros alumnos para la Universidad. Fracaso anunciado y no rectificado, Esto no ocurre ni en los países más subdesarrollados.