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Yecla
viernes, 22 noviembre, 2024
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YECLA, LEJANA, SOLA Y CASI SIN HOSPITAL

«No nos engañemos, este problemazo que tenemos en el Hospital ‘Virgen del Castillo’ se veía venir desde hace tiempo»

¿Me quieres?, preguntó él. ¿Pero comparándote con quién?, respondió ella. ¿Con quién comparamos a Yecla para saber porqué nuestro pueblo no resulta del agrado de los médicos y demás personal sanitario que se resisten a trabajar en el Virgen del Castillo porque Yecla no les atrae?

Una cosa es que reclamen mejores salarios y condiciones laborales que les compensen cargar con sus familias a cuestas para venirse a vivir a Yecla, y otra cosa muy distinta es que exijan por narices dónde les viene bien irse a trabajar sí o sí, como dicen ahora los modernos.

Yecla no es ni más ni menos atractiva que Almansa, Elda o Molina de Segura, por citar tres ciudades con grandes hospitales comarcales. Yecla es como es y así seguirá siendo durante muchos años, tantos que ya no estaremos aquí. Los pueblos no cambian de la noche a la mañana. Por eso el quid de la cuestión sobre por qué nos estamos quedando sin especialistas, sin jefes de servicio y médicos de familia en el Hospital no está en dilucidar si somos un pueblo interesante o no.

El meollo de la cuestión, la madre del cordero que decíamos antes, está en que la Administración da demasiada manga ancha a médicos y demás profesionales sanitarios a la hora de elegir destinos y plazas.

Y la solución es muy sencilla aunque pueda provocar un cisma en nuestro sistema sanitario: Usted, médico o profesional de la Sanidad, ha obtenido su titulación universitaria, o de grado superior o medio, en una universidad pública o centro de estudios público, es decir, pagado por el Estado que somos todos nosotros con todos nuestros bolsillos.

Por eso, usted, médico o profesional de la Sanidad, tiene la obligación, sí o sí, de trabajar donde le asignen equis años, cinco, diez, los que sean hasta que puedan sustituirle, para devolver al Estado, que somos todos nosotros, las facilidades que nuestro sistema público le ha brindado para que usted tenga un deseable futuro profesional. Y no hay más.

¿Qué es eso de rechazar una plaza o un destino porque no me gusta el pueblo que me han asignado? ¿Qué es esa barbaridad de titularse en una universidad pública o centro público y salir a directamente a trabajar a la Sanidad Privada? Eso se tiene que acabar.

(Esta situación que atraviesa nuestro Hospital me recuerda a los padres que quieren llevar a sus hijos a un colegio público pero quieren tener el capricho de elegir el colegio que más le guste como si fueran privados).

Por lo demás, no caigamos en descalificativos facilones, insultos chabacanos y pancarteros o en demagógicas banderas ideológicas sobre el problema del Hospital. Por ejemplo, no me he creído nunca que la Administración tenga un contubernio conspiranoico judeo masónico para enriquecer a la Sanidad Privada.

Pienso más bien que la Sanidad Privada se beneficia de la inacción y falta de reflejos de la Administración Pública. Porque, no nos engañemos, este problemazo que tenemos en el Hospital de Yecla se veía venir desde hace mucho, mucho tiempo.

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