«Hemos conseguido poner de relevancia el valor histórico y patrimonial de las Fiestas de la Virgen»
Sergio Triguero – LA VERDAD
Estas serán unas fiestas muy especiales para José Francisco Pu- che, pues serán las últimas como presidente de la Asociación de Mayordomos y suponen un punto de inflexión importante, tanto por cumplirse el noventa aniversario de este colectivo como por el hecho de que se recupere la programación en su totalidad tras los años de pandemia.
–¿Cómo afronta estas últimas fiestas como presidente de la Asociación de Mayordomos?
–Pues, realmente, las estoy afrontando como unas fiestas más. Quizá con algo más de ilusión por ser las primeras que se van a celebrar con total normalidad después de la pandemia. El año pasado se celebraron fiestas, pero hubo que tomar determinadas medidas para no provocar una eventual propagación de la Covid y esto hace que en Yecla, este año, haya una emoción especial por la celebración. Pero, a su vez, supone toda una responsabilidad, pues seguro que vamos a batir récord de participación, que ya era muy alta, y todo tiene que estar perfectamente pen- sado y preparado.
–¿Qué balance hace de estos nueve años al frente de la asociación?
–Sinceramente, no creo que sea yo quien tenga que hacer balance de lo conseguido, pues no estaría sien- do objetivo. Se ha trabajado duro en muchos aspectos y se han logra- do muchos hitos. Bajo mi humilde opinión, se ha conseguido poner de relevancia el valor histórico y patrimonial que las Fiestas de la Virgen, las Fiestas Patronales de Yecla, poseen y que va unido, indivisiblemente, a la fuerte devoción que los yeclanos procesan a la Virgen de Yecla, a su patrona.
–¿Qué importancia tiene para los yeclanos que se recuperen las fiestas en toda su extensión tras los años marcados por la pandemia?
–La normalidad en las Fiestas Patronales supone un paso muy importante para tomar consciencia de que, por fin, hemos vencido a la pandemia. Aunque no hemos de bajar la guardia, la situación sanitaria actual va a permitir que se puedan celebrar todos los actos normalmente y que todos los actos previos a las fiestas, especialmente aquellos que se celebran en las diferentes agrupaciones de escuadras, pue- dan volver a realizarse. Es en estas, en las agrupaciones de escuadras, donde se vive de forma muy particular durante las semanas previas una verdadera convivencia que también forma parte intrínseca de las propias Fiestas Patronales. Esto no se pudo llevar a cabo el año pasado pues no eran aconsejables ni estaban permitidas las reuniones masivas de personas. De igual forma, este año volveremos a ver estampas como las que, por ejemplo, nos regala la Bajada de la Virgen desde el Santuario del Castillo a la Basílica de la Purísima la mañana del día 7 de diciembre y que, este año, volverá a ser muy participativa, más que nunca si cabe, cuando el año pasado tuvo muchas restricciones.
–¿Qué momentos destacaría como más especiales en las fiestas?
–Aunque sea un tópico, cada momento tiene su encanto y, de hecho, cada yeclano tiene su momento. Pero hay actos que, por su significado, se podrían destacar por encima de otros. La Bajada, en la mañana del día 7 de diciembre con la culminación de las ‘arcas cerradas’ al llegar la imagen de la Purísima al atrio de la Basílica, donde centenares de arcabuces son disparados al unísono durante casi media hora, es un acto que cualquier persona debiera ver obligatoriamente. Nadie que lo ha presenciado ha quedado indiferente. Es, simplemente, espectacular. Seguramente, el acto donde más se concentra la esencia y el ver- dadero sentimiento de los yecla- nos hacia sus Fiestas Patronales y hacia la Virgen del Castillo.
Pero también hay otros como la colorida ofrenda floral en la tarde del día 7 de diciembre, la solemne procesión del día 8, día de la Purísima o la Minerva, que se celebra en el tercer domingo de diciembre con el Santísimo en la calle bendiciendo a toda la Soldadesca y a todo el pueblo de Yecla, algo que sólo ocurre en tres lugares de la cristiandad en días diferentes al del Corpus Christi. Y también muy emotivo son esas famosas ‘3 vueltas al pino’, que se encuentra en la explanada del Santuario del Castillo y que la imagen de la Virgen, justo antes de volver a entrar al santuario hasta el año siguiente, realiza entre disparos de arcabuces y con el Mayordomo de la Bandera jugando la misma.