«No voy a negar que siempre existe una pequeña presión por representar un cargo tan importante, pero la satisfacción es máxima»
Sergio Triguero – LA VERDAD
Los nervios apremian ante la cercanía de las fiestas y la ilusión es desbordante en el caso de Juan Puche Forte, sabedor del honor y la gran responsabilidad que supone ser Mayordomo de la Bandera, especialmente en un año significativo por varias circunstancias, tanto el 90 aniversario de la Asociación de Mayordomos como el hecho de que las fiestas vayan a recuperar todo su esplendor después de los años de pandemia, que obligaron a recortar los actos y a que no se pudieran disfrutar como merecen.
– ¿Cómo afronta estas fiestas como Mayordomo de la Bandera?
–Con una ilusión enorme, puesto que esto era un sueño desde que era pequeño y finalmente se ha hecho realidad a la vez que una responsabilidad representar la figura del alférez abanderado de la compañía Martín Soriano Zaplana.
– ¿Qué importancia tiene el Mayordomo de la Bandera en las fiestas y cuál es su origen?
–Las fiestas de la Virgen constituyen un ejercicio de alarde de armas cuyo origen se remonta al siglo XVI hasta mediado del siglo XVIII, donde se encuadra a la milicia yeclana encomendada al capitán Martín Soriano Zaplana que fue convocada para la Guerra de Cataluña en el año 1642, siendo este su origen, y el alférez abanderado se encuadra en el centro de la compañía Martín Soriano Zaplana portando la bandera. Actualmente el papel del alférez es portar la bandera haciendo juegos con la misma en determinados momentos según marcan las ordenanzas.
– ¿Cuál es el momento o momentos más especiales que vive el Mayordomo de la Bandera?
–Todos los momentos en estas fiestas son únicos, tienen algo de especial, como pueden ser el día 7 cuando la Virgen sale del castillo y la recibo con el juego de la bandera, al igual que cuando llega al atrio de la Basílica y se producen las arcas cerradas con el disparo de los arcabuces mientras juego la bandera. Lo mismo se puede decir del 8 de diciembre (Día de la Virgen), cuando juego la bandera en la plaza San Cayetano y en la entrada de la Virgen a la Basílica.
¿Cómo recibió usted, su familia y sus amigos el nombramiento?
–Con una gran e inmensa alegría, tanto nuestra familia como los amigos, puesto que estas fiestas se viven y disfrutan en compañía de las personas cercanas, haciendo que sean unos días memorables.
– ¿Existe presión por el hecho de representar una figura tan importante o solo satisfacción?
–Ambas cosas. Por un lado, por supuesto que la satisfacción es máxima, pero no voy a negar que existe una pequeña presión por el hecho de tener que realizar el cargo tan importante que ostento de la mejor manera posible.