Alex Delegido
¿Qué supuso para usted pregonar la Semana Santa y qué mensaje quiso transmitir? ¿Cómo fue su acogida?
Supuso un esfuerzo y una responsabilidad, pero también una alegría, porque el Cabildo pensó en mí al ser la responsable de Cáritas en un momento muy importante, el 25º aniversario de Cáritas Interparroquial. Que te encarguen un Pregón implica prepararlo bien y eso me llevó a reflexionar sobre los tres pilares fundamentales de la Iglesia: fe, esperanza y caridad que considero esenciales en Semana Santa. Y en ellos basé mi intervención en la Basílica. La fe es fundamental en la Semana Santa, pese a que en ella se narra un hecho que ocurrió realmente, la esperanza nos da ilusión y la caridad es esencial, porque es amar al prójimo como a ti mismo. Las reacciones han sido muy positivas. Son bastantes las personas que me dicen que les ha gustado y emocionado.
¿Cómo recuerda la Semana Santa de su infancia y qué diferencias aprecia con la de ahora?
Los tiempos son muy diferentes pero recuerdo mucho el silencio que se hacía en casa. No se encendía la radio ni Jueves ni Viernes Santo en señal de duelo porque Jesús había muerto. Era una muestra de respeto que terminaba cuando el Señor resucitaba. Recuerdo también la gastronomía: la empanada, los dulces, que se repartían el Domingo de Resurrección entre familias de Yecla que lo necesitaban. Ahora, aunque las cosas son distintas, para mí la Semana Santa sigue conservando su esencia porque hemos procurado enseñar ese respeto y solemnidad a los pequeños.
¿Cómo es la labor interna de las Cofradías?
Es fundamental el trabajo de equipo, para los traslados de los pasos, colocar los adornos florales, la limpieza de las Imágenes. Creo que en todas las Cofradías y Hermandades de Yecla y por supuesto en la mía, la del Cristo de la Agonía, todos dan lo mejor de sí mismos. Y como no a todo el mundo se le da bien la misma cosa, lo mejor es repartir tareas según las capacidades .
¿Con qué procesión o momento de la Semana Santa se emociona más?
No puedo elegir una. Citaré dos. Los Farolicos me parece una procesión muy hermosa con los niños iluminando el camino de Cristo para llegar a la Basílica. Pero el Santo Entierro es el momento más grande de la Semana Santa. Esa sobriedad y elegancia, las mujeres con la mantilla, el acompañamiento a la Dolorosa… Es entrañable.
