Más que nunca la política en Yecla va a consistir ahora en debatir y consensuar en clave local, dejando al marges cuestiones nacionales
Soy de los que, visto lo visto, estoy convencido de que en las recientes elecciones del 28 de mayo Yecla ha votado más pensando en clave nacional que en clave local. La “cosa” nacional ha pesado siempre y mucho y en esta ocasión más de lo que sería deseable, tanto que ha sido definitiva en buena medida tanto para favorecer a unos como para menoscabar a otros. La prueba la constato cada vez que surge la política en una tertulia. Muy pocos, por no decir nadie, son capaces de enumerar ni tres propuestas para Yecla de cada uno de los cuatro partidos que han concurrido a las urnas en nuestra ciudad. Se quedan mirando a las musarañas cuando les pides que te digan algunos de los planes de cada uno de las cuatro formaciones que ha presentado para este pueblo en educación, cultura, festejos, agricultura… Los más duchos en estos temas de calado, como dice uno que yo me sé, o se van por las ramas o sueltan una retahíla de argumentos más concernientes a la política nacional que a la local.
Cuestiones estatales en las que la política municipal tiene cero competencias y por lo tanto nada puede hacer la Corporación Municipal para aprobarlas, corregirlas, actualizarlas o derogarlas. No obstante, y como decía aquel, haber votado en las elecciones municipales en clave nacional ni está bien ni está mal sino todo lo contrario. Cada cual es muy dueño y señor de atender a los criterios que le dé la real gana, que para eso las elecciones son secretas, libres e intransferibles pues no podemos delegar en nadie para que vote en nuestro lugar. Me imagino que los políticos yeclanos estarán tachando estas líneas de rotundo desacierto y habrán puesto el grito en el cielo defendiendo que sus partidos expusieron todas sus propuestas desde la primera a la última con todo lujo de detalle, difundiéndolas por todos los medios que le alcanzó el presupuesto de campaña, por lo que quien no se enteró fue porque no quiso.
Y no les faltará razón pero tendrán que reconocerme, aunque sea sin ganas, que el personal no es que se sepa todos los programas de pé a pá precisamente, sino justo lo contrario, y que a la hora de votar puede más la afinidad y los prejuicios que las líneas programáticas. (Pongamos aquí un punto y aparte si a usted le parece bien). Tras el escrutinio definitivo echa a andar la Corporación Municipal en cuyas manos estaremos los yeclanos durante los próximos cuatro años que van a estar marcados por la ausencia de la mayoría absoluta de ningún partido. Es de desear, y aquí quería llegar yo desde que he comenzado estas ‘Crónicas yeclanas’, que los nuevos representantes públicos de este pueblo sean capaces que aislarse de la contienda política nacional para alcanzar acuerdos pensando solo en los beneficios que puedan favorecer a Yecla. Más que nunca la política local va a tener que consistir en debatir y consensuar decisiones pensando única y exclusivamente en Yecla y los yeclanos. O sea, lo que siempre hemos llamado el tira y afloja pero sin llegar nunca a romper la cuerda.