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domingo, 24 noviembre, 2024
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LA QUEMA DE LAS IGLESIAS EN YECLA EN 1936

Juan Muñoz Gil

Ante los trágicos hechos acaecidos en Yecla durante esos nefastos días de Marzo de 1.936, la noticia corrió como la pólvora y el día 17 de Marzo se recibe en el Juzgado de Primera Instancia un requerimiento de la Audiencia Provincial al difundirse la noticia de que se encuentran ardiendo varias Parroquias de esta ciudad, algunos edificios oficiales y casas particulares, lo que obligó al Juzgado a encausar el Requerimiento incluido en el “Recurso nº 45” instruido por el Juez Vázquez Naranjo a raíz de lo ocurrido en Yecla.

“Y RESULTANDO: Que del mismo aparece la existencia de un hecho que puede constituir delito previsto y sancionado en el Código Penal. CONSIDERANDO el Sr. Juez: “Que tanto para el esclarecimiento del hecho denunciado, como para la averiguación de la persona o personas responsables del mismo, procede se instruya el oportuno sumario practicándose las diligencias propias del caso. Numérese, regístrese y dentro de los plazos marcados dense los partes provenidos a los señores Presidente y Fiscal de la Audiencia Provincial de Murcia cumpliendo en su caso y día lo dispuesto en el artículo 324 de dicha ley procesal.

Dando cuenta por telégrafo a los Excmos. Señores Ministro de Justicia, Gobernación, Presidente de la Audiencia Territorial de Albacete y a los Ilmos. Señores Presidente del Tribunal de Urgencia y Fiscal de la Audiencia de Murcia. Instando se practique por el Juzgado de 1ª Instancia de Yecla las correspondientes inspecciones de los lugares de autos. Así lo acuerda y firma Don Joaquín Vázquez Naranjo Juez de instrucción de esta ciudad y su partido”. Así consta en dicho sumario y que seguiré transcribiendo en sucesivos artículos.

Tras la debacle acaecida en nuestro pueblo durante esos trágicos días 16 y 17 de Marzo, lamentables hechos reprobados hasta por el mismo Presidente de la República D. Manuel Azaña, que llegó a decir:” Hoy nos han quemado en Yecla siete iglesias, seis casas, todos los centros políticos de derecha y el Registro de la Propiedad”. Y también el Presidente de las Cortes en esos momentos, Sr. Martínez Barrios, escribía: “La derrota del centro-derecha hizo que apareciera sobre la escena otro peligro de índole distinto, pero no menos grave, una extrema izquierda social-comunista ávida de revanchas”.

Causa que aceleró la actuación del Juez Vázquez Naranjo para personarse acompañado del Secretario Judicial D. Pedro Muñoz y el aguacil D. Juan Abellán, dispuestos a complementar la diligencia de la inspección ocular efectuada el 19 de Marzo y que dice: “La Iglesia llamada Vieja, incendiada por las turbas, apréciase por el aspecto exterior que está totalmente calcinada estando completamente ruinoso el edificio, habiéndose hundido todo el techo y bóveda, así también todas las dependencias de la Iglesia como Sacristía, Archivo Parroquial y casa adyacente dedicada al santero. No se puede penetrar en el interior porque constantemente se está derrumbando parte del edificio y aun se observa avivado el incendio por algunos lados. Frente a la incendiada Iglesia se ven señales de haber levantado dos hogueras donde parece ser fueron llevados los objetos de culto y quemados. Y no habiendo otra cosa que hacer, consta dar por terminada la diligencia que firman conmigo Su Señoría y el Aguacil del Juzgado.”

Triste misión la ejecutada en la revisión ocular realizada por estas personas, que seguro se echarían las manos a la cabeza al ver el triste panorama que tenían ante sus ojos, para seguidamente, según exigía su deber, trasladarse a la llamada Iglesia Nueva, donde así mismo certifican comprobar que ha habido grandes hogueras estando el suelo ennegrecido y todavía con objetos de madera y metal pertenecientes al culto, las puertas quemadas, rotos los cristales de ventanas y cúpula, los altares destrozados y desaparecido las imágenes, el archivo totalmente destruido lo mismo que la casa del Párroco.

Deducciones análogas fueron las efectuadas en la inspecciones realizadas por el Juzgado e informado a las autoridades pertinentes de lo que observaron en las iglesias del Niño Jesús, San Roque, Concepcionistas Franciscanas, Santuario del Castillo, Iglesia del Hospital, San Juan, Sta. Bárbara, Asilo de Ancianos, Cementerio, Monjas de San Vicente y San Cayetano, iglesia ésta que desapareció para siempre quedando solamente el nombre, asignado a la actual Plaza donde estaba ubicada.

Sobre lo ocurrido en Yecla entonces no hay palabras que puedan expresar la endiablada barbarie cometida sin que nadie se atreviese a parar, intentando contener a aquellas gentes desbocadas con un odio desmedido sin precedentes, cuando hacía solamente siete u ocho décadas que el pueblo entero participó en la construcción de esa majestuosa Basílica y solamente en unas horas intentaron demoler, siendo gracias a su sólida estructura lo que impidió acabar en una ruina, como así ocurrió con la Iglesia Vieja y San Cayetano.

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