El desconocimiento de dicha resolución no eximirá a nadie, y aún menos servirá de excusa, para no acatarla al pie de la letra
Con motivo del inicio, comienzo, principio o, si se prefiere, arranque, en este quinto mes del presente año de gracia de 2024 de las Fiestas dedicadas desde hace más de dos siglos a San Isidro Labrador, otrora don Isidro de Merlo y Quintana, igualmente celebradas en honor a su señora esposa, que Dios tenga en su gloria, doña María Toribia, a la sazón Santa María de la Cabeza, se hace saber a toda la población de esta, por el momento y hasta que no se demuestre lo contrario, muy noble, leal y fidelísima villa, que a partir de la publicación del presente edicto, decreto, bando, mandato, orden, proclama, o, si se prefiere, precepto, queda terminantemente prohibido en todo el término municipal, y durante las 24 horas de las que consta el día, salir a la calle con mala cara, desánimo, aspecto deprimido o malhumorado, malas trazas, o mostrarse ante los demás cabizbajo, irritable, o con intención de calentar la sesera o dar la tabarra, teniendo por consiguiente la totalidad de la vecindad durante las próximas semanas la obligación de dejarse los malos humos y las preocupaciones encerradas a cal y canto en casa bajo llaves y/o a ser posible con refuerzo de cerrojo, candado, tranca y aldaba.
Advertidos de lo antedicho, será igualmente de obligado cumplimiento transitar mostrando una amplia sonrisa de oreja a oreja lo más placentera y contagiosa posible por nuestras calles y callejones, plazas y placetas, tascas, mesones, fondas, cantinas, bodegas y demás abrevaderos. Y se avisa, previene y advierte de manera categórica y contundente que quienes en estos días no den sobradas muestras de regocijo, alborozo, júbilo, alegría, goce o, si se prefiere, disfrute y deleite, serán severamente apercibidos por la autoridad competente que, según la apatía que mostrare el sancionado, estará facultada para aplicarle un castigo, pena, escarmiento, multa, arresto o, si se prefiere, correctivo, pudiendo incluso ser condenado a padecer escarnio público en el escenario, tablado, escaparate o, si se prefiere, proscenio, habilitado a tal efecto.
Así mismamente se pide, requiere, exige y exhorta al conjunto poblacional, tanto local como aquella foránea que en los días reseñados pudiere llegar a Yecla atraídos por los festejos programados, que hagan gala en todo momento de un carácter distendido, cordial, afable, desprendido y afectuoso, propio de las fechas más alegres, coloridas, jocosas, entusiastas y complacientes con las que esta urbe tributa su máximo reconocimiento a sus ancestrales raíces agrarias, rurales, campesinas, agrestes o, si se prefiere, agrícolas. Y expuesto y avisado de todo lo cual y con idéntica y misma exigencia, contundencia, firmeza o, si se prefiere, resolución, se recuerda encarecidamente a toda la vecindad circunscrita entre los cuatro puntos cardinales que delimitan y conforman los lindes de nuestro munícipe contorno, dícese norte, sur, este, oeste, arriba, abajo, al centro y ‘pa’ dentro, que el desconocimiento de la presente disposición no eximirá a nadie, y aún menos servirá de excusa, para no acatar este edicto al pie de la letra tras su promulgación y publicación.
