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sábado, 23 noviembre, 2024
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EL SAN ISIDRO QUE NO VEMOS

Desde hace más de 200 años estas grandes Fiestas no vienen ocurriendo por casualidad, sino justamente por todo lo contrario

Las grandes concentraciones de personas que coinciden en un mismo lugar y a una misma hora hasta formar una ingente multitud rara vez ocurren por azar. Yo creo que nunca ocurren por azar. Lógicamente, no nos entran a todos a la vez las mismas ganas y al mismo tiempo, como por arte de magia o de telepatía, de acudir a una marcha solidaria, a una manifestación con tintes políticos o a un gran evento deportivo. Las grandes aglomeraciones no son fruto de la casualidad. Siempre hay alguien detrás que las promueve y las convoca. Una casualidad es que en el cine se te siente al lado la última persona que quisieras ver en esta vida. A todos nos ha pasado encontrarnos en otro país y de repente encontrarte con alguien de Yecla en el mismo hotel que teníamos reservado desde hace meses. Y por las mismas, las grandes celebraciones como las que ya estamos viviendo estos días en Yecla con motivo del pistoletazo de salida de las Fiestas de San Isidro Labrador tampoco nos reúnen por una casualidad del destino a miles y miles, y más miles de vecinos.

Si todos durante estos días nos presentamos en los mismos lugares y a las mismas horas y con el mismo entusiasmo y ganas de disfrute y diversión es porque durante 12 intensos meses ha habido mucha gente que sin hacerse notar, a la chita callando como se suele decir, no ha hecho otra cosa que trabajar para que las Fiestas de San Isidro vuelvan a salir a pedir de boca. Me da igual que me da lo mismo que estas líneas puedan sonar a aduladoras, pamplineras o blandengues, pero gracias a la Concejalía de Festejos, la Federación y a todas y cada una de las peñas (al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios), volvemos a disfrutar cada año de cada uno de los momentos que estamos deseando volver a vivir desde que nos despedimos en Raspay hasta que las reinas y damas candidatas vuelven a subir al escenario. Las Fiestas de San Isidro no se organizan en cuatro días como espero que todo el mundo sepa: galas en el Teatro, concursos, exposiciones, muestra de folclore, ventorrillos, programa y cartelería, almuerzos y comidas, trazado de horarios e itinerarios de desfiles y procesiones y del plan de seguridad… Reuniones y reuniones y más reuniones, trabajo, trabajo y más trabajo echando hora y horas y más horas, para que todos lo pasemos a tope estando todo minuciosamente organizado.

Por no hablar de lo que siempre hablamos y que ya damos siempre por hecho: el colosal esfuerzo que les supone a las peñas montar sus carrozas durante meses. Por eso hay que repetirlo ahora y siempre, por si acaso a alguien se le ha olvidado que estas Fiestas no ocurren porque sí, cada edición de estas Fiestas llevan muchos capazos de trabajo a sus espaldas. Es lo que yo llamo el San Isidro que no vemos refiriéndome a todos los hombres y mujeres que emplean los 365 días del año, del primero al último, en asegurarse que las Fiestas de San Isidro de este año vuelvan a superar a las del año pasado. Como viene ocurriendo desde hace más de 200 años. Y no es por casualidad sino justamente por todo lo contrario.

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