Urbano Pérez (*)
El 13 de junio de 2024, la CHS emitió el siguiente comunicado: Estos acuerdos contemplaban el envío de un certificado emitido por parte de la Comisaría de Aguas, indicando que ningún instrumento que pueda ser susceptible de modificar el clima instalado en la demarcación hidrográfica del Segura disponía de autorización por parte de la CHS. Además, se instruyó a los Agentes Medioambientales para que procedieran al precinto de cualquier instalación antigranizo en uso, acompañados en su caso por la Guardia Civil.
Quince días después, vemos cómo estas fincas siguen desafiando la legalidad, amparándose en no se sabe qué o simplemente en que piensan que por su tamaño son impunes. Pretender que poner un montón de botellas de gas acetileno en mitad del campo, añadiendo un quemador al lado para provocar explosiones cada 6 segundos, de forma remota, sin informar de su ubicación, en algunos casos colocarlo en un carro sin identificación para trasladarlos por los campos y ponerlos en marcha simplemente porque pasan nubes por encima de sus cultivos, y que la administración de un estado democrático no pueda decir nada, es pretender mucho. Peor es que la administración diga que no tienen autorización y aun así los pongan en marcha. Pero peor es la frustración de los agricultores, ganaderos y civiles que ven impotentes cómo se activan estos dispositivos, y que, al llamar para alertar a la administración sobre su funcionamiento, no obtienen una respuesta clara. Solo ven cómo los días pasan y los suelos siguen secos.
La CHS ha advertido de que no tienen autorización y vemos cómo estas fincas, en un desafío a la administración y, me imagino, con una sensación de impunidad, los han puesto en marcha en los términos de Yecla, Jumilla, Cieza y Tobarra, que tengamos constancia. En Yecla pudimos comprobar que, sin llover, sin aviso de granizo, simplemente porque pasaban nubes por encima, estuvieron en marcha hasta que las nubes desaparecían del cielo para proteger unos cultivos que ya están protegidos por malla antigranizo.
Esperemos que la administración tome el control, ponga los medios necesarios para acabar con esta situación y podamos volver a disfrutar de los días de lluvia sin la tensión de ver cómo otros no quieren que podamos disfrutar. Desde la ‘Asociación del Sureste contra la Manipulación del Clima’ queremos que estos cañones sónicos u otros dispositivos con la pretensión de manipulación del tiempo o clima no sean permitidos ni usados. Debemos dejar que la naturaleza siga su camino; existen otros sistemas pasivos como las mallas antigranizo o exigir un seguro agrario que nos proteja de las inclemencias del tiempo.
(*) Urbano Pérez es presidente de la ‘Asociación del Sureste contra la Manipulación del Clima’.
